Alumnos de cocina de la Universidad para el Desarrollo y la Innovación (UDI), de Santa Cruz, en Bolivia, están a punto de finalizar las prácticas, remuneradas, en restaurantes de Mallorca. Una estrecha colaboración entre establecimientos de la Isla con Arrozame, del maestro arrocero, comunicador y empresario, Kike Martí y la UDI.
Durante los meses de prácticas los estudiantes han practicado la elaboración de platos, tantos locales como internacionales, como el conocimiento de muchos productos. «Mis productos estrellas son el bogavante y la gamba de Soller», afirmaba Adela Caba quien participa por segundo año consecutivo en estas prácticas. «Son importantes estas prácticas ya que Mallorca cuenta con grandes profesionales y referentes en cocina», destaca Lesly, otra de las estudiantes a punto de regresar a Bolivia para continuar sus estudios.
En esta ocasión han participado un total de nueve alumnos en dos modalidades, de tres y seis meses, realizando prácticas en el restaurante Na Caracola, Hotel Born, Restaurante Ran de Mar y Sa Clastra, del hotel Son Claret.
Además de unas prácticas remuneradas, los estudiantes, cuentan con alojamiento gratuito y manutención. En sus días libres, los jóvenes acuden a mercados y visitan otros restaurantes.
Kike Martí asegura que «todo esto es debido a la gran disposición y trabajo con el registro de patrimonio alimentario de Bolivia y en la que la UDI ofrece la oportunidad a sus alumnos a tener unas prácticas de calidad». Por su parte, Aleix Diada, chef de Ran de Mar, en el Port de Sóller, se muestra satisfecho con el interés que han demostrado el equipo que ha tenido a su cargo. El proyecto lleva seis años, con un papel fundamental del español Fernando Catalán, director de la carrera de Gastronomía, de la UDI.
«El proyecto tiene como objetivo que estos jóvenes además de conocer de primera mano la carrera, sean los mejores», añade Martí. La selección se realiza durante el curso, según sus notas, y cada vez son más los estudiantes bolivianos que se apuntan a esta oportunidad. Entre quienes participaron en las primeras prácticas ya están trabajando en restaurantes y algunos han emprendido sus propios negocios, gracias a la iniciativa del mallorquín Kike Martí y su marca Arrozame.