Ocho años nómadas. 8 años sin pintarme el pelo. 8 años de ser ‘intrusa’ en otros países. 8 años de escuchar ‘ostia tío’ cada vez que digo que soy española. 8 años de sumar experiencias. 8 años de aprendizaje». Así empieza una de las publicaciones que compartió Nuria Rincón el 10 de noviembre de 2023 desde California. En ese momento, la fotógrafa mallorquina llevaba casi una década recorriendo el continente americano en un viaje solo con billete de ida que debía durar un año. Panamá, Costa Rica, Estados Unidos, Belice, Nicaragüa, México, Colombia y Honduras han sido algunos de los países que ha recorrido en su periplo esta joven de Alcúdia, aunque ha vuelto puntualmente en dos ocasiones a la Isla.
Nuria recuerda cómo su vida experimentó un punto y aparte en noviembre de 2015: «El primer país al que llegué cuando dejé Mallorca fue Panamá. Había tenido un drama sentimental (ríe). Siempre tuve en mente descubrir mundo y cuando estás en pareja hacerlo es más complicado. Lo vi fácil y tenía un amigo que vivía allí, lo que ayudó bastante. La idea era volver a Mallorca en un año; estar seis meses en Panamá y el resto viajando por países de la zona pero al final no fue así y aquí estoy».
«Después fui a Costa Rica ya que todo el mundo me decía ‘tienes que ir, es muy bonito, te va a encanta’. Me iba a quedar dos meses y fueron siete años con campamento base allí», cuenta.
Aprendizajes
Frontera con Costa Rica tiene Nicaragua, un país «infravalorado» del que opina que «tiene una naturaleza preciosa pero en cuanto a servicios al turista y limpieza no está tan dearollado. Si se pusieran las pilar tendría mucho potencial», señala.
«Volver y quedarme en Mallorca para siempre no es algo que descarte, y ya tengo una cierta edad, pero no me lo planteo ahora. Me gusta mucho Mallorca y a veces la extraño; ves en redes sociales a los amigos en la playa o comiendo una paella y entra un poco de morriña pero es que hay muchas cosas por el mundo».
Cuando le preguntamos la enseñanza más importante que ha añadido a su maleta vital, responde con decisión: «No hay nada que no pueda hacer. Viajar sola hace que vivas situaciones que no tendrías que afrontar en casa, en tu zona de confort. Es importante relativizar e intentar dar a cada cosa la importancia que tiene sin confiarse. Lo más importante es disfrutar al máximo y estar preparado para resolver los problemas que todos nos encuentramos».