Síguenos F Y T L I T R

«Llevo el velo desde 2008 y no por imposición, sino porque me gusta»

Afwa Thameur, nacida en la localidad tunecina de Medenine, se doctoró en el año 2012 en Biología por la Universidad de Túnez El Manar

Afwa es una mujer de una gran cultura y ha estado en más ocasiones en Mallorca. Mantiene una gran amistad con la artista Belén Escutia. | Click

| Palma |

Conocimos a Afwa Thameur, nacida en Medenine (Túnez), gracias a la pintora Belén Escutia, de la que es buena amiga. Aunque en un primer momento pensamos que solo había venido a pasar unos días, su historia nos sorprendió. Afwa habla tan bien español que apenas tiene acento –en realidad, además de español, sabe árabe, francés, inglés y algo de italiano y portugués– y contesta sin problemas a todo lo que se le pregunta, ya sea sobre si se respeta a la mujer en su país; sobre si esta puede elegir libremente marido o si este es impuesto por la familia; si se baña en la playa y cómo lo hace... Pero lo que más llama la atención es su impresionante currículum.

Su currículum

Afwa es doctora en Biología por la Universidad de Túnez El Manar, graduándose como tal en 2012 a los treinta años. La investigación posdoctoral la hizo en la Universidad de Szeged (Hungría) y en 2015 recibió una beca Fullbright para estudiar en los Estados Unidos, beca que le permitió trabajar en el Departamento de Agricultura de Texas y Missisipí. Aparte de todo eso lo cual, como decimos, no es poco, Afwa ha podido crear por sí misma vínculos de colaboración científica con muchos grupos de investigación tanto en España como en Portugal. Vínculos relacionados con la adaptación fisiológica de las plantas al cambio climático.

Pero es que hay más: en 2016 sacó su primer proyecto de investigación como investigadora principal con la Universidad de Minnesota, gracias a un programa de colaboración financiado por el Centro Internacional de Agricultura Biosalina (ICBA) en Dubái y CRDF Global (Estados Unidos), investigación en torno a mejorar y estabilizar la producción de trigo en Túnez. En 2019, estuvo becada por Mujeres Líderes Árabes en la Agricultura. Antes que eso, en 2014, era científica titular en el Ministerio de Agricultura (IRESA) en Túnez. Y desde 2019, trabaja en el Instituto Superior de Biología Aplicada de la Universidad de Gabes, al sur de Túnez. Además, en 2008 hizo su primera estancia predoctoral en Palma gracias a una beca del Ministerio de Educación Superior de Túnez. «Fue por casualidad –nos dice–, ya que mientras buscaba datos para una investigación que estaba haciendo, encontré una publicación científica interesante elaborada por un grupo de investigación de la UIB, y como me interesó mucho, me puse en contacto con el profesor Hipólito Medrano, director del grupo de investigación Biología de las plantas en condiciones mediterráneas. Entonces viajé a Mallorca, donde hice una estancia predoctoral de dos meses sobre Fisiología de las plantas, más en concreto sobre la recuperación fisiológica de plantas mutantes de tabaco después de la sequía».

La bióloga asegura que una vez en Palma le llamó la atención el idioma español, al que se enganchó aprendiéndolo tan bien que apenas se le nota el acento. «Salvo unas clases, además, clases de nivel bajo, a las que asistía de noche en Túnez, he aprendido el español hablándolo y escuchando, especialmente en la radio Cadena 100, en uno de cuyos programas, Buenos días, que hacían Javi y Mar, participé». Fue un programa que durante su estancia en Mallorca seguía desde el coche de su amiga, Belén, yendo a la UIB cada mañana.

Además de su paso por la Isla, también han contribuido en su aprendizaje del español las actividades científicas que ha estado realizando en Alicante, Barcelona, Valencia, Zaragoza, Madrid, Albacete, Jaén y Murcia, gracias a las cuales ha tenido la oportunidad de conocer la riqueza cultural y gastronómica de cada cuidad. «Por ello, desde la primera vez que vine a España, noto que tengo un contacto mágico con todo lo que significa». Respecto a su elevado nivel académico, señala que «en mi país, que la mujer llegue a hacer estudios superiores, como yo, es normal».

Relaciones de pareja

Afwa, que tiene 43 años, está soltera y sin compromiso. «Y de momento sin necesidad de comprometerme –dice entre risas–, pues me siento muy bien como estoy. Por supuesto –añade–, pienso casarme algún día, pero sin precipitarme. Y pienso hacerlo con la persona que elija». Y deja muy claro «la que yo elija», porque en Túnez la mujer se casa con quien ella quiere. «Como mucho –matiza–, hay familias, pero son las menos, que recomiendan a la hija una persona. Recomiendan, no imponen».

Y en cuanto a lo de llevar velo, tampoco tiene importancia para ella. «Lo llevo desde que finalicé la carrera de Biología; desde finales del máster y principios del doctorado, en los años 2006-2007. Y como me siento a gusto con él, lo sigo llevando. Y no es una imposición, sino porque me gusta».
Pues, puestos a personalizar, le preguntamos cómo se baña cuando va a la playa o la piscina. «Generalmente uso el burkini, un bañador que solo deja a la vista la cara, las manos y los pies. No, no me lo he traído –se adelante a la pregunta que intuye que le vamos a hacer–. ¿Sabéis? Es una prenda que ocupa mucho espacio en la maleta y como he hecho un viaje rápido, ¿para qué traerlo?».
Nos llama la atención que no sepa quién inventó el burkini. «Una joven libanesa que vive en Australia –le decimos–. Aheda Zanetti, se llama». Por cierto –le preguntamos–, ¿es cierto que en Francia está prohibido el burkini? «No lo sé, pero en Túnez algunos hoteles lo prohíben». Eso sí, nos confiesa que no tendría ningún problema en bañarse en bikini: «Siempre y cuando fuera en un lugar discreto y me sintiera a gusto y segura, ¿por qué no? Porque a lo mejor haciéndolo con burkini sí llamo la atención y más si es en un lugar no musulmán».

Sin apenas diferencias

Y en cuanto a los derechos de la mujer, señala que «Túnez es líder en derechos a la mujer. Y en algunas cosas referente a nosotras, mejor que en otros países europeos y árabes. Si la mujer tunecina tiene muchas leyes a su favor es gracias al código del estado personal, establecido desde 1956 por el primer presidente de la República tunecina, Habib Bourguiba. Y un ejemplo de ello, soy yo: he podido estudiar, viajar, ser independiente... De verdad, en esto no hay ningún problema. Hay, además, grandes deportistas, entre ellos la atleta Habiba Ghribi, campeona del mundo (2011) y campeona olímpica (2012), o la tenista Ons Jaben, la número 10 en la WTA. Y en cuando a salarios, señala que tampoco hay diferencias entre los de los hombres y los de las mujeres. Eso sí, para conseguir lo que tenemos, hemos luchado mucho, y vamos a seguir haciéndolo. ¡Siempre!». Por último, en esta semana del Orgullo LGTBIQ+ queremos saber cómo vive el colectivo en su país: «Se le respeta totalmente, aunque no hay ningún tipo de ‘exhibicionismo' por su parte».

Lo más visto