Ahora que llega el buen tiempo, MegaSport realiza algunas de las actividades en el exterior de sus instalaciones junto a la piscina, es decir, al salir del bar a mano derecha. Los participantes cambian de escenario y, de paso, tienen el aire libre como el mejor de sus aliados. Lo decimos porque la otra mañana nos encontramos con casi un centenar de spinninguistas –¿se llaman así?– hombres y mujeres, unos con más estilo que otros, pero todos poniendo de manifiesto una gran voluntad dándole a los pedales y teniendo frente a ellos, sobre una tarima bien a la vista, a los cuatro monitores. Los deportistas conocen muy bien a Cristina, Toni, Lluc y David, ya que a diario son los que marcan las pautas en las distintas clases que se llevan a cabo en el club.
Los participantes se libraban con el toldo que se había instalado en el lugar del sol que caía con fuerza, aunque si a alguno le daba un poco tampoco le importaba mucho, pues así cogen tono para la ‘operación bikini' en la que el spinning tiene que ver, puesto que en una serie como esta, de dos horas y tropecientos kilómetros, se queman entre 600 y 900 calorías, depende de cómo se pedalee. Un tipo de ejercicio que en pérdida de peso se nota.
¿Quién puede?
Por otra parte estas sesiones, tal y como las llevan los monitores, además de ponerte en forma y recuperar la línea, te recuerdan viejas canciones puesto que la clase va acompañada de música y más en concreto de temas comprendidos entre los años 80 y hoy.
Naturalmente, muchos pensarán que esa clase tan larga y tan potente en cuanto a esfuerzo no es para todos, sino para gente que esté preparada. Pues no. Cualquiera puede pedalear, lo que pasa es que si no lo haces habitualmente, como intentes llevar el ritmo de los que lo hacen cada día, estás perdido pues no tardarás mucho en tirar la toalla. Por lo tanto, se recomienda a los que empiecen con el spinning a que pedaleen a su bola, que vayan a su ritmo y que si no llegan los primeros no pasa nada, ya que lo importante es hacer ejercicio y divertirse, que llegar ya llegarán. Y cuanto más practiquen, más rápido irán. Y es que el spinning engancha y es más que probable que alguno acabe comprándose el equipo entero de ciclista, casco incluido, como han hecho muchos. Así que, ¿por qué no lo probamos el próximo domingo, 19 de mayo, entre las 10.30 y 12.30 horas en el Megacycling Rigth on time dirigido en esta ocasión por Toni Bauzá y J. J. Melero? Donde, además de pedalear durante dos horas haciendo entre 60 y 70 kilómetros, nos seguiremos poniendo al día en música de los años 70, 80, 90 y 2000.
Ahora sí
Al César lo que es del César. Lo decimos por la mejora en todos los aspectos que ha tenido s'Hort del Rei. ¿Recuerdan cuál era su estado hace medio año o un año? Deplorable. Pavimento levantado, igual que algunas de sus baldosas, las plantas secas, barreras en mal estado… Sin embargo, ahora cada cosa está en su sitio, hay más flores que nunca y ninguna barrera. Vamos, la noche y el día. Y todos salimos ganando. Quiénes han dado la orden de mejorarlo, por haberlo conseguido, y los ciudadanos, porque lo vamos a disfrutar.
El banco
Hace unos días, cuando atardecía, nos dimos un paseo por la calle Fábrica de Palma. Nos llamó la atención que, poco después de las siete la tarde, las distintas terrazas de bares y restaurantes estaban prácticamente llenas de clientes, en un 90 % extranjeros, unos cenando y otros a punto de hacerlo. Clientes bien vestidos que conversaban entre ellos sin necesidad de alzar la voz. Naturalmente por las noches, sobre todo en las de los fines de semana, es algo distinto, pues hay más gente y puede que por ello más animación. También nos llamó la atención que, llegando al restaurante La Bottega di Michele, el banco de piedra que está casi enfrente de una de sus puertas, sigue donde siempre, inamovible.
Ya lo denunciamos
Hace un año aproximadamente comentamos que ese banco lo tendrían que quitar de ahí por la sencilla razón de que, sobre todo en las noches del fin de semana, es ocupado por personas que han bebido más de la cuenta y que siguen bebiendo ahí, sentadas, dejando las botellas y las latas donde les viene en gana. Y a nada que se descuidan los del restaurante, se cuelan en su baño a hacer sus necesidades o lo que sea... El dueño del establecimiento, pionero en la calle, nos comentaba que por respeto a su clientela no pueden tener cerradas las puertas de sus servicios, de ahí que se cuele gente de fuera. Aparte –señala–, hay que ver lo sucio que dejan el lugar. «Incluso una vez de debajo del banco salieron pequeños ratones y cucarachas atraídos por los restos de comida que quedan... Y luego está el alboroto que forman algunas noches», lamenta. «Y lo peor es que no podemos hacer nada. Bueno, sí, pagamos impuestos y procuramos dar el mejor servicio, pero contra lo que ocurre fuera no podemos luchar. Entonces, ¿qué hacemos?», denuncia el afectado.