Es la mejor nadadora balear de todos los tiempos. Su hoja de servicios en la piscina lo refleja. Campeona mundial de piscina corta, tres veces olímpica (2008, 2012 y 2016), plata en los Mundiales de Barcelona 2013 en 400 libre, multicampeona y plusmarquista nacional en diversas distancias... pero más allá del deporte, Melani Costa (Palma, 1989) ha sabido encontrar una vía con la que compaginar su gran pasión con una profesión que agilice la transición hacia su nueva vida más allá de la alta competición en la recta final de su impresionante trayectoria como deportista de élite.
El Grado en Fisioterapia de la Universitat de les Illes Balears (UIB) fue su elección, y tras varios años y temporadas compaginándolo con la natación, logró finalizar sus estudios, realizando las prácticas en la residencia de La Bonanova, el CTEIB, Palmaplanas, Sant Joan de Déu y el centro de salud del barrio de Camp Redò antes de dar el salto a Let's Fisio, donde en la actualidad pone al servicio de la salud de sus pacientes la experiencia de una campeona en una modalidad tan exigente como es la natación.
Esos estudios se dividen en cuatro cursos, centrándose en su tramo final en las prácticas y el Trabajo de Final de Grado, tras cursar asignaturas como Salud Pública, Cinesiterapia, Anatomía General, Fisionomía Humana, entre otras muchas a lo largo de ese periodo de formación en el que Melani ha podido llevar a cabo su misión gracias a la política de ayuda a los deportistas de élite a la hora de poder compaginar estudios, entrenamiento y competición.
Ha sido, además, una vuelta a los orígenes para Melani, que desde hace un tiempo vuelve a defender los intereses de Club Natación Palma, donde junto al CTEIB y de la mano de Rafa Huete creció hasta alcanzar medallas mundialistas y quedarse a las puertas de nadar finales olímpicas en Londres 2012. Ahora, se divierte nadando y transmitiendo su ilusión a las más jóvenes, que admiran a quien es una referencia.
Melani Costa es ahora la colegiada 2.173 y ejerce de manera profesional, culminando un proceso que arrancó cuando empezó Medicina en su breve etapa en Estados Unidos (Florida). Le fue imposible continuar con sus estudios al volver a Mallorca y buscó alternativas a través de la UCAM y la UNED, comenzando incluso enfermería «aunque no me sentía cómoda ni veía que fuera mi espacio».
Pero lo que le pasó en primavera de 2017 acabó por cambiarle la vida. Anunciaba que sufría un neumotórax (perforación pulmonar médica involuntaria), fruto de una acción fortuita en una visita al fisioterapeuta «y ahí hice el 'click' y elegí la fisioterapia, más por mi experiencia con estos profesionales en el equipo español y a lo largo de mi carrera», asegura. «Tenía una base y un conocimiento que me iba a permitir tener cierta ventaja en cuanto a conocimientos y, además, es una profesión que me da cierta independencia».
Seis años de formación en la UIB y sus correspondientes prácticas le llevaron al culminar su objetivo y graduarse. «Siempre tuve preocupación y un poco de ansiedad por el '¿y luego, qué?', cuando acabas tu vida deportiva. Cuando acabé la carrera y me dieron el título, me sentí Melani la nadadora, pero también la fisioterapeuta», recuerda Costa, que da nombre al pabellón municipal de Calvià.
Y no le va mal, reconoce. «No me falta trabajo, pero mi objetivo es seguir formándome constantemente, aprender cada día», relata Melani, que en noviembre de 2023 empezó esta aventura en Let's Fisio, en Son Moix. «Al principio había nervios, pero tras la primera semana se fue toda esa ansiedad y ahora soy feliz porque he encontrado mi lugar y lo que realmente quiero hacer», asegura la nadadora y fisioterapeuta, de 34 años, que paso a paso va «programando el futuro», aunque por ahora sigue en activo con el Club Natación Palma y el próximo verano (4 a 10 de agosto) recuperará en La Nucía (Alicante) el campus al que da nombre.
De su experiencia en su consulta le sorprende que algunos pacientes se sorprendan al saber que van a ponerse en manos de toda una estrella del deporte, que pone por delante, además de su «ilusión», la «suerte de haber sido deportista y la experiencia de las lesiones, que son parte de nuestra carrera. Eso me permite empatizar e identificarme mejor con los pacientes, me da esa experiencia un punto de vista diferente, ofreciendo consejos al paciente desde mis propias vivencias», añade Melani, quien agradece la existencia de iniciativas como el Programa PROAD, que facilitan la inserción de los deportistas de alto nivel en el ámbito laboral.
Pero con lo que se queda Melani Costa, además de con «la satisfacción personal de haber conseguido mis objetivos dentro y fuera del deporte» es con lo que le aporta la profesión de fisioterapeuta «al poder ayudar a otras personas, ser parte del ámbito sanitario y dar calidad de vida a mis pacientes», reconoce quien tuviera en sus últimos años de formación en la UIB como profesora a otra olímpica como la atleta Natalia Romero. Y que ahora ha conseguido orientar su vida hacia unas miras y una profesión que le permitirán seguir estrechamente relacionada al deporte, su forma de vida desde niña.