En el verano de 2003 el mundo del fútbol y la publicidad cambiaron para siempre en España. David Beckham abandonaba el Manchester United, el club de su vida, para fichar por el Real Madrid. Era la guinda del pastel de lo que se conocería como el equipo de ‘Los Galácticos', una constelación de estrellas en la que el centrocampista británico era la que más brillaba a nivel mediático. Y es que con David había nacido la figura del futbolista celebrity que trascendía el mundo del balón para convertirse en una estrella publicitaria.
Su llegada al Madrid fue una revolución y supuso un antes y un después en muchos sentidos. La multinacional de telefonía inglesa Vodafone, con la que el deportista compartía país de procedencia, aprovechó la situación para que fuese la cara de la empresa en su desembarco en nuestro país. Becks protagonizó ese verano un anuncio revolucionario en el que se presentaba en sociedad el móvil Vodafone Sharp GX25, uno de los primeros teléfonos que permitía enviar fotografías. Es decir, el embrión de los smartphones que tenemos hoy en día. El actor mallorquín Jorge Alonso estuvo ahí y 20 años después cuenta su experiencia.
Formado en la prestigiosa escuela de interpretación de Cristina Rota y con un currículum en el que sobresalen más de 70 anuncios para empresas como Mahou o La Caixa y pequeños papeles en series de televisión como Periodistas, El Internado o Los Serrano, el mallorquín interpretaba a un agente inmobiliario que intentaba vender una lujosa mansión al marido de Victoria Beckham. En la publicidad se podía ver al deportista mucho más interesado en fotografiar cada rincón de la casa para compartir las imágenes con dos de los compañeros de su exequipo (Gary Neville y Nicky Butt) que en ver las estancias.
Normas y dobles
Acerca de su experiencia con el futbolista más famoso de ese momento, Alonso recuerda que estuvo hablando mucho con él «porque era un chico muy simpático». «Mi experiencia fue buenísima porque no iba de estrella. Se le veía con muchas ganas de ser simpático, nada pretencioso y muy normal. De hecho, me estuvo contando muchas cosas como que habían intentado secuestrar a sus hijos y por eso buscaba una casa con mucha seguridad», explica Alonso.
El actor cuenta que en el rodaje había «tranquilamente» más de 50 personas y que «cuando trabajas con gente de su fama normalmente hay una serie de normas que tienes que seguir. En este caso nos dieron a todo el equipo una circular en la que nos prohibía hablar con él, sacarle fotos, acercarnos y tocarle. Una cosa que no había visto nunca en una grabación es que pusieron unas cortinas gigantes y personal de seguridad en el exterior para que no se colaran el medio centenar de fans que había fuera».
El intérprete mallorquín continúa rememorando que «el anuncio se grabó en tres días pero él únicamente vino el primero y solo grabó cuatro horas, yo estuve en los tres. David Bechkam por contrato solo trabajaba cuatro horas. Los planos en los que se le ve de espaldas no es él, es un doble. Beckham trabajaba en esa época con tres o cuatro dobles. Uno de ellos me dijo que vivía de esto».
Otro hecho sorprendente que comenta Alonso es que «el día del rodaje no me dieron ningún guion, mi parte la improvisé totalmente. De hecho, el único que habla soy yo. Les debió gustar como lo hice porque no se me dobló. En los países en los que salió el anuncio como Australia, Estados Unidos, China y muchos de Europa subtitularon mi voz en el idioma de cada lugar» y añade que «por este anuncio cobré unos 30.000 euros netos de la época».
Veinte años más tarde, el hoy profesor de Lengua Castellana en un instituto de Palma recuerda con orgullo haber compartido set con David Beckham y también con Tarsem Singh, uno de los mejores directores de publicidad del mundo que ha rodado películas con Julia Roberts o Mickey Rourke y firmado el videoclip de Losing my religion de REM por el que ganó un Grammy en 1991.