Como ocurriera hace diez años, el Auditorium de Palma volvió a registrar este lunes un lleno total para escuchar la conferencia del pionero en medicina integrativa y transformación personal Deepak Chopra, titulada Awakened Life, la única que ofrece este año en España. Mariana Salinas, fundadora de Sadhana Works, entidad que ha traído a Chopra a Mallorca, abrió el evento agradeciendo a la Isla el haberla acogido, y destacó que desde Sadhana Works se plantea como objetivo convertirla en «el faro del Mediterráneo», el lugar en el que la gente consiga «regresar a casa, a ellos mismos».
A lo largo de la conferencia, Deepak Chopra señaló que «sin consciencia no hay experiencia ni revolución cognitiva» y destacó que «los humanos hemos sido la única especie que hemos creado lenguas para contar historias. Todo lo que creamos es por el lenguaje», pero aclaró que «el mundo material es una ilusión y lo tomamos como una realidad. Tú no eres el sueño, eres el soñador»
Más adelante se refirió a la epigenética, y señaló que «cada experiencia muestra la actividad de los genes» y que «el cerebro no vive experiencias, las graba», destacando que «la identidad es tu alma, y no tiene edad». Sobre la realidad señaló que «no es una realidad, es la proyección de la realidad», y puso como ejemplo que «cuando un niño ve unos zapatos rojos solo ve el color, pero ese color no está en ningún sitio, está en su consciencia. Todo son sensaciones. La percepción es algo que aprendemos».
Para ejemplificar esas palabras, Chopra mostró a los presentes diferentes imágenes en las que se podían distinguir cosas distintas, «construcciones en nuestra consciencia», y habló de los diferentes estados de la consciencia. Deepak Chopra señaló la importancia de despertar esa consciencia, y los hitos para alcanzar ese despertar, entre los que incluyó el cambio en el sentido de uno mismo; un cambio en las emociones; en la cognición, en la percepción y en la memoria; la visión interior; la creatividad; la trascendencia; desprenderse del sentido de lo personal para proyectarse en lo universal y perder el miedo a la muerte. El encuentro finalizó con una meditación de 15 minutos en la que participaron las 1.700 personas presentes en el Auditorium.