Originales, creativas, divertidas, dulces, muy dulces y esperadas por los más pequeños son las monas de Pascua, que alegran los escaparates de las pastelerías, pues los artesanos confiteros han pensado un año más en ellos.
De formas clásicas son las que hace Joan Ramis, de la Pastisseria Ramis de Llucmajor, un gran despliegue de modelos se pueden ver estos días en su céntrico establecimiento, con formas dedicadas al público infantil. «Aquí las hacemos dedicadas al público infantil, pues este producto es el más demandado. Por supuesto, que cada año vamos cambiando los modelos, pues hay que tener en cuenta los gustos sobre las series de dibujos animados y sus personajes. Este año, entre otros, hemos hecho casitas, acompañándolas de muñequitos de la pantera rosa, Frozen o Pepa Pig. A estas monas cabe sumar los huevos de chocolate negro, blanco y con leche, todos con sorpresa interior, que vendemos a partir de 4 euros unidad».
En Pastelería Ángel de Palma, el repostero francés Francisco Estrella señala que «las monas de Pascua las considero un trabajo artesano. En mi caso, lo empiezo de madrugada para poder templar bien el chocolate, que luego distribuyo en los moldes. Al día siguiente, se decoran los huevos cuyas mitades ya se han unido; los marmoleados con chocolates de colores y las formas tradicionales de la Pascua, que tanto gustan a los pequeños, como son los animales domésticos y los peces y conchas marinas. Este año tenemos previsto utilizar unos 200 kilos de chocolate, pues en la zona donde estamos hay mucha demanda».
Llorenç Pou, del Forn Nou de la Vileta, aúna magia y creatividad a partir del chocolate. Monas que atraen por su vanguardia y estilo, que no pasan desapercibidas, todas ellas con el sello de un gran maestro. «Las formas de este año están entre cubos y esferas, jugando luego a ponerles ojos u otros elementos, venidos de la inspiración». Llorenç aporta además los huevos de Pascua, con su toque especial, a partir de los tres chocolates: blanco, negro y con leche.