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Tiramillas, compañía teatral que nace en la era COVID l Ciutadà Il·legal, cierra pero...

Ana Sayas, fundadora de Tiramillas.

| Palma |

Poquito a poco, parece que la vida tiende a volver a la normalidad. O mejor, a la nueva normalidad, pues nada será igual a lo que fue, pero sí distinto a lo que es. De hecho ya está sucediendo, sobre todo en el mundo del ocio, y muy particularmente en el mundillo de la escena en todos sus aspectos y variantes, y entre ellos, el teatro, pues muchas compañías, sino lo han hecho ya, están a punto de estrenar. Nos referimos, sobre todo, a compañías modestas, tan dignas como las más profesionalizadas.

Y en este caso nos referimos a Tiramillas, que se presenta el próximo 3 de febrero, a las 20.30 horas, en Sala Dante, con la obra Pilar de medio pelo, escrita y dirigida por Marc Servera, y en la que intervienen Ana Sayes, Naiara Rubio, Lucas Talamonti, y el citado Marc Servera. La obra se repetirá en el mismo escenario el sábado, 5, a las 20.00 horas, y el domingo, 6, a las 19.00 horas.

Reescrita dos veces

Pero es que detrás de Tiramillas hay una bonita historia que se inicia en tiempos de pandemia pura y dura, cuando todo estaba cerrado y nosotros prácticamente encerrados. Tiempos difíciles por tanto…Para colmo, Ana Sayes, alma mater de Tiramillas, azafata de toda la vida, había perdido no hacía mucho su licencia de vuelo a causa de una encefalea crónica, lo cual la obligaba, no solo a quedarse en tierra, sino a descubrir nuevos horizontes. Porque siendo joven no era cuestión de quedarse con los brazos cruzados.

El cartel de la obra a estrenar.

los actores de la obra, Marc Servera –que además es el autor y director–, Naira Rubio, Ana Sayes y Lucas Talamonti.

Ella ya había tenido experiencia en teatro como actriz amateur. Pero como eso deja poso, y más teniendo un hijo que quería ser actor, es más, que había estudiado para serlo, y que ya lo era, y que encima escribe muy bien y entiende de música, el confinamiento le puso en bandeja el volver a subirse a un escenario, pero ahora más profesionalmente. Y es que una amiga le propuso hacer con ella una obra, cosa que se complicó, por lo que el proyecto se malogró.

Entonces, Ana, en vez de arrojar la toalla, recurrió a su hijo para que escribiera una comedia, y luego buscó a los actores, con los que estuvieron ensayando… Pero, a punto de estrenarla, el proyecto se volvió a ir a pique a causa de las consecuencias del embarazo, y posterior parto, de una de las actrices, lo cual obligó, o bien a dejarlo todo, o a reconvertir, reescribir, y volver a ensayar la obra. Ellos, sin pensárselo, optaron por esta decisión y… Pues que salió Pilar de medio pelo, una comedia para pasarlo bien, muy divertida, con música también de Marc, con una decoración muy adecuada, y en la que, pese a haber nacido en plena COVID-19, este no aparece en ningún momento, ni tampoco las mascarillas, las PCR y cosas de esas que se han hecho habituales en este tiempo de pandemia…

La trama

Es una obra que comienza con un cumpleaños. Un día para celebrar…. Pero que no es más que la excusa para pedirle a su madre 30.000 euros…. Sin tratar de descubrir nada de la obra, avanzamos que Roberto y Paca, que son amigos de la infancia, han decidido abrir una pastelería juntos, pero, como la gran mayoría de los jóvenes de nuestro tiempo, no tienen el dinero suficiente para pagar la entrada de una hipoteca, solo les queda una opción: pedírselo a Pilar, la madre de Roberto… Y pedírselo el día de su cincuenta cumpleaños, en que se van a reunir con ella. ¿Y qué pasa? Pues que lo que debería ser una velada tranquila, poco a poco se va convirtiendo en una situación ácida y compleja, en la que las estratagemas de Paca y Roberto por convencer a Pilar acabarán mezclándose con mentiras, resquemores del pasado, situaciones hilarantes y secretos que llegarán a un límite insospechado. ¿Conseguirán el dinero los dos socios? Eso se verá viendo la obra. Lo que sí está claro es que Pilar jamás olvidará ese cumpleaños.

Durante el tiempo que ha estado abierto, muchos han sido los actos celebrados.

...no desaparece

Ciutadà Il·legal ha cerrado sus puertas. Toni de la Mata, junto con su mujer, Marga González, fueron los inventores e impulsores de dicho centro cultural, sito en Pórtol, por el que han pasado multitud de artistas y en el que se han celebrado no pocas actividades culturales a lo largo de los años de vida que ha tenido. Pero la COVID-19 ha echado por tierra los sueños de ambos. Primero, obligándoles a cerrar, y segundo, porque cuando han intentado reabrir se han encontrado con que los gastos, entre IVA, IRPF, extintores, alarmas, seguros, basura, alquiler, etc., eran más de los previstos, por lo que han cerrado.

La buena noticia es que la marca de Ciutadà Il·legal sigue. «Por lo que –adelanta Toni–, vamos a continuar con nuestros eventos, pero en otros lugares, pues hay que sobrevivir a las circunstancias negativas que nos rodean. Por eso, que nuestros amigos artistas sepan que seguimos contando con ellos, con los que juntos vamos a hacer cosas grandes». Toni quiere dar las gracias al Ajuntament de Marratxí por el apoyo que les ha dado siempre «y con el que pensamos seguir organizando actos».

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