Tendrán que pasar muchos años para que el actor mallorquín Jaime Pujol deje de ser recordado como el inspector jefe Andrés Casqueiro, de la serie El Comisario, que se emitió por Telecinco por espacio de diez años. Y no sabemos si eso fue por la duración de la serie o por el papel que hizo a lo largo de la misma… Aunque, a decir verdad, nos inclinamos por esto último; primero porque Jaime es un buen actor y segundo porque a través del personaje que encarnó llegó al público.
Lo último y lo siguiente por hacer
Estuvimos con él en la terraza del Varadero, hasta donde llegó con Martina Romero, a quien la une buena amistad. Jaime, que desde los 18 vive en Valencia, ha venido a visitar a sus padres y resto de familia y, de paso, recargar pilas. La última vez que estuvo en Mallorca fue en noviembre del año pasado, rodando la segunda parte de la serie Caza Tramontana, donde coincidió con su amiga Llum Barrera, que hizo el papel de Madò Teresa.
Ahora, junto con Diego Braguinsky, actor valenciano y buen amigo suyo, con quien anteriormente escribió la obra de teatro Despertarás ayer, está trabajando en el guion de un musical, que además van a dirigir juntos, y cuyos protagonistas serán dos ‘triunfitos' de la primera edición, Gisela y Naím Thomas.
¿Por qué Valencia?
Jaime, que estudió en los teatinos, se marchó a Valencia, como hemos dicho, a los 18 años. «Y si me fui es porque estaba decidido en ser actor y aquí, en aquellos momentos, no había Escuela de Arte Dramático… Entonces, la pregunta es ¿por qué Valencia y no Madrid o Barcelona? Pues, tal vez porque en Barcelona, siendo yo castellanohablante, y habiendo en aquellos momentos en Catalunya una exigencia lingüística muy clara… Pues pensé que no. Y Madrid, aparte de que me quedaba lejos, allí no tenía a nadie, cosa que no ocurría en Valencia, donde tenía familiares y amigos. Por eso decidí irme allí. Además, en Valencia había una Escuela de Arte Dramático en la que me matriculé, con la suerte, además, de que nada más terminar, el que había sido mi profesor de interpretación me llamó para participar en un montaje teatral, Flor de otoño… Y a partir de ahí… Pues la verdad es que fue todo rodado.
Casqueiro y él
Aunque ha trabajado en Madrid y en Barcelona, como decimos, su domicilio, desde hace 45 años, sigue estando en Valencia, tal vez porque es persona a la que le gusta el mar, «y porque Valencia es una ciudad muy manejable, en la que, encima, me siento muy a gusto. Además, está cerca de Madrid y Barcelona».
Ni que decir tiene que está encantado de haber encarnado al inspector Casqueiro en El Comisario. «No fue fácil de hacer, pero, para mí, ese papel fue muy atractivo, porque al no ser como él, interpretarlo resultó apasionante. Además, como actor, pienso que no hay papeles difíciles ni fáciles, sino retos, y más si no tienen nada que ver contigo. Y aunque me fascinó, tuve que estudiarlo, trabajarlo, profundizar mucho hasta llegar a crearlo…
Porque, desde mi punto de vista, cada actor ha de tener cualidades que le permitan hacer cualquier personaje, porque para eso nos formamos. Pero es que también, a veces, terminan encasillándote. Por ejemplo, a mí me dan muchísimos personajes de malo, malísimo… Un amigo me dijo que me los dan porque hice muy bien de malo en Física y Química y... Pues que a partir de ahí me han llamado para hacer esos papeles, de malo, que... Bueno, vale, los acepto… Pero es que yo me he preparado para poder hacer muchísimos más personajes que no sean el de malo, o el de inspector Casqueiro, que, como digo, interpreté durante diez años, lo cual pudo encasillarme… Pero es que tuve la suerte, nada más terminar la serie, de que me dieron un papel que nada tenía que ver con aquel… Lo cual no quita que le siga estando agradecido, pues fueron muchas las puertas que me abrió».
Varios proyectos a la vista
Como hemos dicho, Pujol escribe, hace y dirige teatro, «aunque, a decir verdad, si bien ahora, como he dicho, estoy coescribiendo un musical, hace tiempo que en teatro no trabajo como actor, pero sí como director. De hecho, ahora tengo varios proyectos a la vista, entre ellos protagonizar una serie para televisión y una película, aunque todo está muy en el aire. Así que mejor esperar».
Retomando El Comisario, Jaime recuerda que la serie comenzó siendo una comedia tipo Loca Academia de Policía. «Grabamos tres capítulos en plan comedia… Pero llegó un día en que nos citan y nos dicen que vamos a parar, que Telecinco no está muy contento con los resultados, lo cual hizo que nos echáramos a temblar… Pero al mes nos llamaron y retomamos, ahora dándole un giro dramático. ¡Y así estuvimos diez temporadas!, que se dice pronto».
La pandemia
En cuanto a la pandemia que estamos padeciendo, reconoce que le ha afectado bastante. «Bueno, me ha afectado a mí y a todos los que nos dedicamos a esto, pues ha creado limitaciones de aforos, y protocolos muy duros en cuanto a los rodajes, sobre todo en teatro, por lo que se han tenido que cambiar muchos guiones… Aparte de que la pandemia ha hecho que bastantes empresas teatrales hayan caído. Y si entramos en el capítulo del temor a contagios, ¡ya ni te cuento! A mí, concretamente, la pandemia me pilló en Mallorca, rodando Caza Tramontana, y nos mandaron a casa, llamándonos semanas después para terminar lo que estábamos haciendo».
«No he trabajado en IB3»
Volviendo a las serie de televisión, Pujol señala que de un tiempo a esta parte no suelen haber series de larga duración, sino que son más bien cortas, de cinco o seis capítulo, lo cual, a la hora de que te elijan para un papel, viene a ser como el juego de la oca... Que tiro porque me toca. Y en este caso suele tocarle casi siempre a actores que están en primera fila… Entre los que yo no me encuentro –matiza–. Así que los llaman, hacen la miniserie, y a los tres meses quedan libres para ser llamados para otra, lo que hace que trabajen siempre, mientras que el resto… Pues cuando nos toca. Hay actores, Coronado y Casas, por ejemplo, que están prácticamente en todas, lo cual hace que otros no lo tengan fácil para trabajar. Pero… Bueno, hemos elegido esta profesión y sabemos lo que pasa...»
Por cierto, y acabamos. Jaime jamás ha trabajado para IB3. «De verdad, así es…–dice, resignado– ¿Que por qué…? Pues no lo sé. Y eso que en IB3 se hacen series…»