Entrar en La Voz Kids era un sueño que acabó siendo realidad para Carla Quesada. Con 15 años, superó tres castings antes de enfrentarse a las audiciones a ciegas, con Bisbal, Melendi, Rosario y Vanesa como coaches. Todo eso sucedió en octubre de 2019, aunque no será hasta este viernes, a causa del parón impuesto por la pandemia, que la gala se verá en abierto en el programa de Antena 3 (en Atresplayer está disponible desde el viernes pasado y ya ha causado una cierta revolución en el entorno de Carla).
Ya con 17 años, Carla ha dejado un poco atrás a la niña de la audición que deslumbró a todos con Love on the brain de Rihanna, pero ahora más que nunca quiere dedicarse a la música. No es nueva en ese terreno, porque desde hace tres temporadas forma parte del Coro Infantil del Teatre Principal y ha aprendido a modular su voz en academias y con profesores particulares.
Abriendo el camino
«En mi familia no hay nadie que se dedique a la música, pero fue mi padre quien me inspiró desde pequeña, aunque él solo canta con el karaoke –ríe–, y siempre he escuchado música en mi casa. Siempre me ha gustado cantar y ahora quiero dedicar tiempo a formarme en la música, de hecho he empezado a estudiar piano».
La Voz Kids no es el primer talent show en el que participa, con once años estuvo en Petits, de IB3, pero el salto al programa de mayor audiencia de Antena 3 se ha convertido en una experiencia inolvidable. «Cuando me vi en el escenario estaba nerviosa, pero cuando empecé a cantar cerré un momento los ojos y cuando los abrí, ver delante de mi a Vanesa, se me paró el corazón, que alguien tan importante como ella, cantante y compositora, me estuviera escuchando a mí, cuando yo pagué por escucharla a ella, fue algo increíble».
Mientras todas esas emociones recorrían a Carla, en el backstage todo se triplicaba. Allí estaban sus padres, Marian y Ángel, su hermana Paola (7 años), su abuela y los tíos de su madre. Una familia al completo que ha estado siempre apoyando a Carla.