Una patrullera de la Marina Real de Marruecos apresó en aguas del norte del atlántico marroquí una lancha en la que 39 emigrantes clandestinos intentaban llegar a las costas españolas, informaron ayer fuentes oficiales. Fuentes de la Marina Real informaron de que todos los emigrantes detenidos son de nacionalidad marroquí.
Los cadáveres de 13 emigrantes marroquíes fueron hallados ayer en Sid Taibi, una playa cercana a la ciudad de Kenitra, a unos 45 kilómetros al norte de la capital del reino alauita, Rabat.
Su muerte tuvo lugar al naufragar la embarcación en la que, junto a otros emigrantes, se dirigían con destino a las costas españolas, según informó la televisión marroquí. Un superviviente del naufragio declaró que un grupo de unas 50 personas, en su mayoría provenientes de la ciudad marroquí de Beni Mellal, zarpó en una embarcación pesquera en la mañana del sábado desde las costas de Sidi Buknadel (situada 20 kilómetros al norte de Rabat) con destino a España. El fatal desenlance ocurrió al hundirse la embarcación entre las ciudades costeras de Sid Taibi y Bouknadel. Los servicios de rescate del país alauita siguen buscando a los restantes náufragos todavía extraviados en las aguas atlánticas, según añadió la televisión marroquí. Los emigrantes pagaron una suma de 8.000 dirhams (unas 130.000 pesetas) a los traficantes para ser transportados clandestinamente a España.
Por otro lado, el presidente de la Ciudad Autonóma de Melilla, Juan José Imbroda, explicó que Marruecos «tiene que asumir su «responsabilidad» en materia de inmigración clandestina, ya que «no puede taparse la cara y echar la culpa al otro».