Antonio Rojas siente especial cariño por este Renault 8 TS de 1973, un vehículo que ha restaurado con mimo y que le ha quedado realmente precioso. Antonio nos cuenta que compró el coche a un chico que s'Hostalot. El vehículo llevaba 18 años dado de baja y, como se pueden imaginar, estaba en unas condiciones deplorables. Corría el año 2006. Una vez realizada la compra había que volver a dar de alta el vehículo y entonces empezar el duro trabajo de restauración.
La ventaja es que nuestro interlocutor es chapista de profesión, por lo que buena parte del trabajo se lo hizo personalmente, aunque nos reconoció que le costó lo suyo finalizar la restauración, tanto como dos años y medio, ya que tenía que aprovechar fines de semana para ir poco a poco desmontando, primero, el coche y luego, una vez reparadas las piezas, volver a montarlo. Del coche todo es original, salvo el motor, que es el de un Reanult 5 Alpine.
Otra característica del vehículo que lo hace realmente atractivo para la gente que lo ve circulando o por la calle es su color, ese calabaza le da personalidad. Un color que no era original y que Antonio consideró que le daría más realce al vehículo. Estos coches salían de fábrica generalmente de color azul y amarillo.
Nos cuenta Antonio que él siempre ha sido un enamorado de este coche. Se considera un hombre de la marca francesa, ya que durante diez años trabajó en uno de los concesionarios que hay en la Isla antes de abrir su propio negocio. Y la verdad es que solo oírlo hablar del vehículo se puede apreciar la pasión que siente por él.
El de Antonio es uno de esos casos donde se aprecia la pasión por una marca y un modelo, además sólo hay que ver el trabajo que ha realizado para reconocer que además de muchas horas de dedicación hay verdadera pasión en lo que se ha hecho. El resultado es una restauración magnífica.
Nuestro protagonista solo tiene este clásico y asegura que por el momento tiene suficiente, pues le falta tiempo para poder dedicarse a tener más coches. Lo intenta utilizar los fines de semana para dar una vuelta y hacerle kilómetros. Tiene un grupo de amigos que disfrutan de la misma pasión y procuran compartir experiencias reuniéndose los fines de semana que el trabajo y sus obligaciones se lo permiten.
Lo verdaderamente importante de este coche es que salió prácticamente de un desguace después de muchos años de abandono y tras un trabajo impecable se ha convertido en una joya que muchos admiran y otros siente envidia por no poder tener uno igual. Pues éste es un ejemplar único.