La historia de Valentino, un perro que luchó por su vida sin recibir atención médica, ha sacudido a la comunidad local y a miles de personas en redes sociales. Su dueña, Lorena Peach, ha denunciado públicamente en TikTok que su mascota fue ignorada por el personal de una clínica veterinaria de Calvià, pese a encontrarse en una situación crítica. «Lo dejaron morir sin hacer nada», afirma con contundencia.
Los hechos ocurrieron el martes 10 de junio. Lorena acudió de urgencia al centro con Valentino, que presentaba graves dificultades para respirar y signos de debilidad extrema. Según relata, la enfermera alertó a la veterinaria diciendo que el perro estaba en paro cardíaco. «Ella respondió desde dentro: 'Pues nosotros tenemos un perro dormido’. Ni lo miró, ni salió a verlo. Yo estaba en shock».
Valentino nunca fue examinado, ni siquiera entró a la consulta. «Lo tuve en brazos todo el tiempo. Agonizaba. Nadie se acercó a ayudar, nadie intentó reanimarlo, ni darle oxígeno. Me mandaron directamente a Palma», explica. Ante la falta total de asistencia, Lorena y su pareja salieron corriendo en coche, con el animal luchando por respirar.
«Conducíamos lo más rápido posible, y él, aun sin aire, empujaba sus patas para mantenerse firme en las curvas. Quería vivir. Luchaba. Pero no pudo más. Murió en mis brazos, ahogado, camino a Palma», cuenta entre lágrimas. Al llegar, los veterinarios del otro centro intentaron reanimarlo sin éxito: «Allí sí lo atendieron de inmediato, pero ya era demasiado tarde».
Lorena insiste en que lo más doloroso no es solo la pérdida, sino la inacción absoluta del personal en Son Ferrer. «Un paro cardíaco requiere una respuesta urgente. Reanimación, oxígeno, adrenalina si hace falta. Ellos no hicieron absolutamente nada. Ni lo intentaron», denuncia. Añade que ahora, desde la clínica, le dicen que no tenían medios o que tardó demasiado en actuar: «Pero yo no fallé. Yo actué con amor. Fallaron ellos, que no hicieron su trabajo».
El testimonio se ha hecho viral y ha generado muestras de apoyo, indignación y exigencias de una investigación formal sobre la actuación del centro veterinario. «Una clínica que hace cirugías debe estar preparada para emergencias. No es solo el material. Es la voluntad. Y ese día, no hubo ninguna», concluye Lorena.
Hasta el momento, la clínica veterinaria no ha emitido ninguna declaración oficial respecto a lo sucedido. Mientras, la dueña de Valentino espera que se haga justicia y ya ha presentado medidas formales contra ellos ante el Colegio de Veterinarios de Baleares.
Las cenizas del can ya reposan en el hogar en el que vivió durante 10 años, mientras Lorena intenta encajar el triste final que tuvo Valentino. «Estoy muy mal, llevo una semana medicada debido a continuos ataques de ansiedad. No por haberlo perdido, sino por cómo fue. Jamás imaginé que el martes iba a morir», concluye para Ultima Hora.
Y porqué no se pregunta la versión a la clínica, supongo que después de esas acusaciones y tan mala propaganda darían su versión al periódico