El santuario de Gràcia se ha quedado pequeño este sábado para acoger a los numerosos vecinos que han querido asistir a la misa en recuerdo al obispo llucmajorer, Antoni Vadell, fallecido hace dos años.
La eucaristía presidida por el obispo Sebastià Taltavull se ha convertido en un pequeño homenaje a la trayectoria y ejemplo de vida y fortaleza que dejó Vadell, y la multitud de asistentes al acto ha confirmado «la estima que el pueblo de Llucmajor le tenía ya en vida y ahora mantiene a través de su memoria».
Amigos, vecinos y autoridades han querido acompañar a la familia de Vadell, que en primera fila, ha recordado emocionada al obispo.
El prelado de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha destacado en su sermón el carácter amable de Vadell y explicó que «Antoni siempre decía que la alegría debía prevalecer siempre, también en las dificultades». Taltavull también ha tenido palabras para sus allegados y ha recordado a la madre de Vadell, Antònia Ferrer, que «las lágrimas son una expresión de amor». El acto ha finalizado con un pequeño concierto a cargo del organista Tòfol Barros y la inauguración del reacondicionado aparcamiento del Santuario tras años en obras por el derrumbe de un muro a causa de una tormenta.
Antoni Vadell nació en Llucmajor el 17 de mayo de 1972. Obispo auxiliar y vicario general de Barcelona, fue uno de los prelados más jóvenes de España. Falleció el 12 de febrero de 2022 a causa de un cáncer.