La donación de la casa y los jardines del casal señorial de Can Mas al Ajuntament sigue generando grandes dudas y ni el equipo de gobierno ni la oposición municipal saben si el municipio debería o no aceptar esta donación, a causa de las estrictas condiciones impuestas por la donante, Paula Mas. Aunque el pasado verano el alcalde, Miquel Nadal (PP), ya aceptó el legado en un documento que firmó ante notario, deberá ser un pleno quien ratifique su aceptación en un plazo que finaliza el próximo mes de enero. Sin embargo, a día de hoy se siguen debatiendo los pros y contras.
Por una parte, se valora el elevado valor económico del bien cedido y, por otra, se considera que las condiciones impuestas por la donante son «inaceptables en sus actuales términos», según han manifestado fuentes del propio equipo de gobierno, que en todo caso no descartan «una negociación para conseguir una rebaja de estas condiciones y poder aceptar».
Lo poco que ha trascendido, fue revelado por el apoderado de la donante, Guillem Bernat, que informó que «deberá constituirse un patronato y destinar la casa a la creación de un museo». También se ha sabido que se trata de una donación con usufructo vitalicio a favor de la donante, entre otras condiciones que no se han revelado.
Dudas
Desde la oposición, Laura Celià (Més) ha afirmado tener «muchas dudas, empezando por las condiciones pactadas, ya que al parecer no se trata de una donación simple, porque no se podrá hacer nada mientras viva la donante, lo que provocará un gasto público a fondo perdido». En todo caso, Celià criticó al equipo de gobierno por «la falta de información a lo largo del proceso». Sin embargo, apuntó que «entendemos que si el alcalde firmó ante notario la aceptación con las condiciones es porque el pacto de derechas ya lo tiene claro y sabe qué hacer con la donación».