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Ma-10: una carretera en el ojo del huracán

Carreras ilegales, excursiones incontroladas, pruebas deportivas o el exceso de ruido y velocidad crispan a los vecinos de la decena de municipios por los que discurre

Hito kilómetrico 111 de la carretera Ma-10, a su entrada en Andratx. | Jonas Martiny

| Palma |

Es la vía más impresionante y larga que recorre Mallorca. Y lo hace de un extremo a otro de la Serra de Tramuntana, Patrimonio de la Humanidad para la UNESCO y un tesoro natural de gran valor medioambiental. Pero la Ma-10, la carretera de 112 kilómetros que enlaza Andratx y Pollença, recorriendo una decena de municipios (se suman Estellencs, Banyalbufar, Esporles, Valldemossa, Deià, Sóller, Escorca y Fornalutx) se ha convertido, además de una vía de paso obligada para los miles de turistas que visitan la mayor de las Baleares, en un foco de debate y conflicto.

Carreras ilegales, excursiones masivas en todo tipo de vehículos, pruebas deportivas multitudinarias, exceso de ruidos y velocidad... Este cóctel ha generado rechazo por parte de vecinos y propietarios, organizados en plataformas como la mediática 'Indignats Ma-10' o 'Tramuntana XXI', o en páginas de Facebook y demás redes sociales donde plasman con imágenes, vídeos y demás pruebas la evidencia del abuso que sufren en algunos casos y la sobreocupación de una carretera de referencia y básica, especialmente para algunos núcleos de población (Estellencs, Banyalbufar, Deià...) cuya única vía de contacto con el exterior es la vía de la Serra.

Una moto de alta cilindrada traza la curva del Mirador de Ses Barques.

Estas quejas han llegado incluso a la Fiscalía, refiriendo el 'confinamiento' al que se ven sometidos estos vecinos cuando se corta la carretera, además de a la propia UNESCO. Incluso los ayuntamientos afectados llegaron a consensuar un documento trasladado a la Delegación del Gobierno en Baleares para intentar acabar con uno de los grandes peligros que entraña la Ma-10: las carreras ilegales de motos y coches que suelen organizarse y que, en algunos casos, han provocado accidentes y percances de tráfico que ponen el peligro la vida de otros usuarios ajenos a estas actividades.

Imagen promocional de una página de Facebook.

Las instituciones implicadas, caso del Consell de Mallorca -responsable de Carreteras-, los ayuntamientos y la Guardia Civil, en este último caso fijando controles aleatorios y por sorpresa o instalando radares móviles o haciendo uso de drones incluso, han actuado. También se ha limitado la velocidad máxima a lo largo de toda la Ma-10, dejándola en 60 kilómetros por hora. Pero parece que toda actuación es poca.

Las redes sociales y las tecnologías se han erigido en aliados de vanguardia que la parte denunciante. De quienes sufren el abuso en la carretera de la Serra de Tramuntana. Fotografías, vídeos, comentarios... Muchos inciden en la saturación de la ruta, especialmente en fines de semana como el anterior y en el tramo entre Sóller y el túnel de Monnàber -de forma especial entre el Mirador de ses Barques y el cruce de Fornalutx-, con motivo de la disputa de la Pujada al Puig Major de automovilismo, que reúne a miles de personas en las cunetas. Algunas de ellas denunciadas por acampar e instalarse en fincas de titularidad privada o en zonas no aptas para ello dentro de un paraje natural.

Imagen de los aficionados en las cunetas, antes de la Pujada al Puig Major.

Excursiones de vehículos de alta gama, 4x4, motocicletas... Acumulación de tráfico en el tramo más alto de la temporada turística -sumado al habitual y de servicio público y esencial- agrava la problemática. Y, en momentos puntuales, los cierres de la carretera al tráfico para acoger pruebas deportivas generan más crispación. Desde el citado Puig Major a otros rallys en diferentes municipios (Esporles, Bunyola, Andratx, Pollença, Escorca...), la Mallorca 312 o el Ironman suman otro inconveniente para quienes tienen la Ma-10 como vía de paso necesario o tienen su residencia fija en un punto o localidad por la que discurre la carretera de la polémica.

Varias motos bajan por la carretera Ma-10, entre Sóller y Monnàber.

Aunque la zona caliente es la que comprende entre Valldemossa y el Coll de Sa Batalla, donde se concentra el grueso del tráfico rodado -a motor o no-, las localidades de paso y entrada y salida única (Deià, Estellencs y Banyalbufar) llevan consigo que el volumen de vehículos genere problemas de circulación en las zonas urbanas, como ocurre especialmente en Deià en momentos como los que supone la coincidencia del tráfico extraordinario con vehículos de carga o autobuses del TIB, generando molestias añadidas y un esfuerzo extra a las policías locales de esos municipios, y de todos los de la Serra y por los que pasa la Ma-10, en la que tienen un punto caliente dada la elevada cantidad de tráfico, que a su vez genera un mayor riesgo de accidentes a lo largo de sus más de cien kilómetros de trazado.

Acampada ilegal junto a la carretera de la Serra de Tramuntana por un rally.

Agravado por el exceso de velocidad y la conducción peligrosa y, en ocasiones, temeraria que observan y sufren los pacientes vecinos de la Serra. Un espacio protegido medioambientalmente, pero a la vez desvalido y desprotegido ante los peligros que entraña una carretera marcada en rojo dentro del mapa vial. La paciencia parece haberse acabado y el siguiente paso son las movilizaciones que prevén y ya han realizado plataformas como 'Indignats Ma-10'.

Banyalbufar ha sido el primer foco del estallido social este pasado fin de semana. Vendrán más porque los vecinos están hartos que ver cómo la carretera de la Serra es un escenario incontrolable que les hace inhabitables incluso sus hogares. El Consell de Mallorca ha recogido el guante, pero deja claro que las competencias sancionadoras no les corresponden, aunque sí irá de la mano y escuchará a los afectados para hacer llegar a Delegación del Gobierno e instancias superiores algo más que una reivindicación.

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