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Gran indignación por el caos provocado por los seguidores de la Pujada al Puig Major

Los vecinos responsabilizan a los organizadores y califican el evento como «un acto de vandalismo»

Los estacionamientos en las cunetas y arcenes han sido múltiples suponiendo un peligro para la propia carrera y sin que conste que haya habido denuncias por parte de la Guardia Civil de Tráfico.

| Palma |

La indignación por las consecuencias colaterales a la celebración de la tradicional carrera automovilística ‘Pujada al Puig Major' que se celebra este sábado entre los municipios de Sóller, Fornalutx y Escorca, ha superado en esta edición todos sus precedentes. Centenares de personas, supuestamente seguidores de la prueba deportiva, acamparon el viernes a lo largo de la carretera MA-10, invadiendo en muchos casos propiedades privadas, destrozando cercados, pisoteando vegetación y cultivos y provocando numerosas situaciones de peligro para los usuarios normales de la carretera.

En la madrugada de este sábado, los ‘aficionados' realizaron subidas libres por la carretera en motocicletas y coches y hubo un gran estruendo con música y bebida en la zona del Mirador de Ses Barques, hasta altas horas de la madrugada. Los principales afectados fueron, también en esta ocasión, los vecinos y propietarios residentes a lo largo de la MA-10, que ayer -mientras se celebraba la prueba- emitieron un comunicado en el que responsabilizan de estos hechos a la organización de la carrera.

Vandalismo

En un duro comunicado emitido por la plataforma Indignats MA-10, este colectivo califica, ya no los hechos provocados por los seguidores, sino a la propia prueba deportiva, como «un profundo acto de vandalismo que, a pesar de causar delitos múltiples contra el medio ambiente, contra la seguridad vial, contra la salud pública y contra la propiedad privada, es conocida simplemente como una carrera de coches inofensiva». Los vecinos admiten que los seguidores de la Pujada provocan daños y molestias cada año, pero en esta ocasión su indignación ha sido muy superior por la magnitud del incivismo y por primera vez responsabilizan a la organización.

Vecinos de la zona han denunciado que algunos de los asistentes llegaron a saltar rejas o a cortarlas directamente para poder acampar en alguna ‘marjada' cercana a la carretera.

Así, recuerdan que los organizadores, citando a alguno por su nombre, «habían asegurado que este año no habría gente acampada y que si era necesario vendrían los antidisturbios a desalojarlos», pero que, al limitarse la prueba a un solo día, se ha duplicado el número de asistentes que «además han tenido música a todo volumen». También denuncian que en plena «fiesta nocturna», acudieron dos coches patrulla de la Guardia Civil que circularon entre los infractores sin parar y sin que los agentes salieran del coche. «Solo les faltó unirse a la fiesta», afirman.

La plataforma Indignats MA-10, que reúne a propietarios y vecinos de la carretera, hace años que denuncia los excesos «consentidos» en esta ruta de Tramuntana. Hasta ahora, ni los Ayuntamientos de los municipios que atraviesa, ni la Delegación del Gobierno, ni las autoridades medioambientales han conseguido parar estas conductas. Los vecinos han acudido incluso a la UNESCO, ya que, según recuerdan, «es Patrimonio de la Humanidad y zona de máxima protección ecológica, que tiene una legislación propia y, entre otras limitaciones, está prohibidísimo acampar». Afirman que «hoy» (por este sábado) «otra vez han ganado los que sin ningún esfuerzo desafían la Ley».

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