La velocidad máxima para circular por la carretera principal de la Serra de Tramuntana, la Ma-10, entre Andratx y Pollença, se limitará a 60 kilómetros por hora. Esta medida para mejorar a seguridad en esta vía de montaña ha sido acordada de forma conjunta por la Delegación del Gobierno en Illes Balears, la Dirección General de Tráfico, a través de la Jefatura Provincial de Tráfico, y el Consell de Mallorca.
El objetivo es «reforzar la seguridad vial y estarán centradas en el colectivo de motoristas, para evitar comportamientos de riesgo por parte de determinados usuarios y mejorar la convivencia los usuarios de la carretera y los vecinos de la Serra de Tramuntana», según comunicaron ayer en una nota conjunta.
Según el comunicado, la adopción de estas medidas, consistirán «en la instalación de señales horizontales que definan claramente los tramos donde el adelantamiento está prohibido o permitido, homogeneizar el límite de velocidad a 60 kilómetros por hora, reforzar la señalización del límite de velocidad o señalizar las curvas en tramos más sinuosos y con inconsistencias de trazado, entre otras acciones».
La adopción de medidas para limitar la velocidad y combatir la conducción temeraria que algunos realizan en esta zona, muy especialmente en el tramo entre Sóller y el Puig Major, ha sido desde hace años una reivindicación vecinal y de los alcaldes de la comarca. A principios de este año una plataforma de afectados obtuvo el compromiso del Consell de actuar en el marco de sus competencias y de consensuar otras medidas con el resto de administraciones.
Delegación del Gobierno, DGT, Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y Consell han mantenido diversas reuniones ante las quejas vecinales recibidas por los ruidos y las situaciones de riesgo que se han seguido registrando, especialmente por parte de motoristas, a pesar de las medidas ya adoptadas, como bandas rugosas y limitación de velocidad en tramos. La DGT ya ha propuesto la instalación de cartelería que refuerza la advertencia de riesgo en tramos peligrosos, así como la intensificación de la vigilancia.
También se pretende que los ayuntamientos se impliquen, especialmente, en materia de la normativa de ruidos. Además, la vigilancia y los controles en la MA-10 se intensificarán con el empleo de radares, cámaras móviles y drones.