Se apaga la luz en uno de los establecimientos icónicos de Artà. Tras 47 de actividad, la dueña del Bar Trial, Maria del Pilar Infante, puso este jueves punto y final a su vida laboral y a su vez a la vida de este mítico bar que tantas historias cuentan sus paredes. El Bar Trial, que durante casi cinco décadas ha sido el punto de encuentro de muchísimos artanencs, ha sido el hogar de Maria del Pilar y de todos aquellos que decidieron invertir su tiempo en él.
«Son muchos años aquí dentro y compartiendo experiencias con nuestros clientes», expresó este jueves visiblemente emocionada. Tanto es el legado que deja la familia de Maria del Pilar, que los centenares de amigos y clientes que acuden cada mañana a desayunar le dejaron ayer diferentes presentes. Entre ellos centros de flores que engalanaron por última vez el que había sido su punto de encuentro durante años.
«Hemos creado una bonita familia con todos los clientes. Al final, vienen aquí a desayunar, comer o cenar trayendo lo suyo», comentó. Por otra parte, las anécdotas y momentos graciosos son numerosos. Carnavales y ximbobades son seña de identidad de este pequeño bar. «Hemos tenido muchos momentos buenos. Creamos una pequeña familia en base a estos eventos que realizamos», insistió.
Tras estos 47 años al servicio del pueblo de Artà, Maria del Pilar mira hacia el futuro sin pena por el pasado. «Es hora de jubilarse. Mi cuñado y cuñada no pueden seguir y es momento de descansar a nuestra edad. Cuando cierre esta puerta se abre otra que vislumbra una nueva etapa», explicó recordando todos los momentos vividos en el Bar Trial. A punto de cumplir sus bodas de oro, un lugar icónico de la vila de Artà echa el cierre dejando miles de recuerdos.