Domingo Bonnín (Alcúdia, 1958) debutó como concejal en su pueblo natal en 1999 por UM; luego dio el salto a la política autonómica para dirigir el departamento de Cooperació Local del Consell y el IBANAT, en el Govern. En 2011 regresó como concejal por CxI y en 2019, ya de la mano del PI, logró formar equipo de gobierno con PSOE y Més. Hasta ahora ha dirigido la Empresa Municipal de Serveis (EMSA) y las áreas de Serveis i Manteniment, Platges i Residus.
¿Cómo cambiarán sus responsabilidades ahora?
—Dejaré la presidencia de EMSA, pero continuaré llevando la gestión de las playas y de los residuos, y las propias de la Alcaldía, como es el área de Policía.
¿Cuáles han sido sus retos esta legislatura?
—Estamos muy satisfechos de la gestión de playas, hace años que se trabaja en ello y tenemos los certificados de calidad ISO9001, ISO9014 y pronto, el de sostenibilidad. Entre los retos están la renovación de los balnearios y de los accesos a las playas, que se hará el próximo invierno. En gestión de residuos queda mucho por hacer, pero vamos a mejorar con una profunda renovación del Punt Verd.
Le dará un nueva alcaldía al PI ¿Cómo ha vivido las tensiones internas?
—Con rabia y tristeza, porque hay gente que no ha aceptado los resultados de un congreso democrático. Yo estoy en el PI desde el principio y no me iré.
¿Se presentará de nuevo?
—No era mi idea inicial, yo quería retirarme, pero falta un año y pueden pasar muchas cosas.
¿Cómo ha sido cogobernar con Rebassa?
—Con la alcaldesa hemos trabajado codo a codo, pasando muchas dificultades por la crisis de la COVID-19 dos años, algo que nadie podía prever. Quiero agradecerle tanto a Bàrbara Rebassa como al equipo de gobierno la confianza mutua y el haber sabido dejar a un lado los partidismos para trabajar por el bien del municipio.