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Los molinos de la ‘marjal' alimentarán una nueva planta de hidrógeno en Alcúdia

Alcúdia Tech Mar lidera el proyecto con sa Pobla, Muro y Santa Margalida

La ‘marjal’ concentra más de 3.000 de los cerca de 10.000 molinos de viento de Mallorca.

| Inca, Mallorca |

Los antiguos molinos de viento de la marjal serán rehabilitados y reconvertidos en aerogeneradores capaces de alimentar una nueva planta de hidrógeno verde que se construirá en el Port d'Alcúdia. Alcúdia quiere contribuir así a la descarbonización del mar produciendo hidrógeno para que las flotas de las principales navieras cambien los combustibles fósiles por hidrógeno verde. El proyecto está impulsado por Alcúdia Tech Mar (liderado por el Ajuntament d'Alcúdia) y se han sumado los municipios de sa Pobla, Muro y Santa Margalida. El primer prototipo del aerogenerador que reconvertirá los viejos molinos comenzará a funcionar previsiblemente a finales de febrero.

En la primera fase del plan de rehabilitación patrimonial, paisajística y de reconversión energética, Alcúdia Tech Mar quiere reconvertir 100 molinos de viento de la marjal, capaces de producir 15.000 Kw/h cada uno al año. Se calcula que en la marjal hay aproximadamente 3.000 molinos de viento. Josep Pascual, ingeniero industrial y presidente de la Asociación de Amigos de los Molinos, es el responsable del proyecto de la marjal. Fue pionero de la energía eólica en España. Doctorado cum laude por la Universistat Politécnica de Catalunya por su tesis sobre el primer aerogenerador de España que construyó él mismo en Manacor.

Desarrolló buena parte de su trayectoria laboral en Gesa y como presidente de la Asociación de amigos de los molinos impulsó hace ahora veinte años un plan de recuperación patrimonial con fondos europeos que quedó encallado por problemas burocráticos. «Entonces el proyecto era solo reconstruir los molinos, pero ahora tenemos la oportunidad de reconvertirlos para producir energía eléctrica. La idea es intervenir en los molinos sin coste para los propietarios. Podrán autoabastecerse    alimentar con el sobrante la planta de hidrógeno», dice. «La idea es aprovechará el patrimonio cultural, industrial y paisajístico del suelo rústico», dice    Pascual.

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