Santa Margalida encara un año crucial para su futuro. Su economía está muy marcada por la industria del turismo, que tiene en Can Picafort y Son Serra dos de los núcleos más importantes en este sector de norte de la Isla.
Por estas características Santa Margalida ha sido un municipio muy afectado por las restricciones derivadas de la pandemia de la COVID-19. Su economía se ha visto perjudicada por la situación y la administración que preside Joan Monjo afronta ahora un verano clave para mantener vivo el tejido social y económico.
El objetivo prioritario, según el alcalde, es crear puestos de trabajo directos o indirectos en el pueblo y en sus alrededores. Para esto se acometerán una serie de obras de mejora que, además de crear estos puestos, contribuyan a mejorar y adecuar las infraestructuras para el nuevo turismo.
Obra pública
Las principales inversiones giran así en torno a la obra pública, que será un motor económico y social que se espera que revitalice al pueblo. Santa Margalida comenzará obras en el Camí de Son Mas, que contribuirán a mejorar la circunvalación sur del pueblo. Se asfaltará el vial y se dotará al tramo de un espacio para peatones de 2 metros de anchura. Las obras tendrán un coste de 400.000 euros y es destacable además que se van a realizar en colaboración con el SOIB para poder dar trabajo a quien más lo necesite. Estos trabajos estarán terminados en octubre de este mismo año.
En Can Picafort y con un montante de 750.000 euros, se llevarán a cabo obras de mejora en la entrada de Son Bauló, que podrán estar finalizadas este mismo mes de julio. La intervención tendrá lugar en los viales y zonas verdes que están en la zona de la rotonda.
También en Can Picafort se acometerá la construcción de una piscina cubierta y climatizada para los residentes, que podrá ser también una nueva infraestructura de cara al sector turístico. Los trabajos darán comienzo en agosto de este mismo año y tendrán un coste de 1.900.000 euros. Toda la zona de Can Picafort verá renovada su red de alumbrado público, que se sustituirá progresivamente por el sistema LED, lo que producirá un significativo ahora energético y un aumento de la eficiencia. La inversión necesaria para esta transformación alcanzará los 400.000 euros.
Las mejoras llegarán también a Son Serra, donde se procederá a cambiar todos los báculos y luminarias de la zona de Son Serra de Marina. La sustitución de los soportes se realizará por otros de fibra de vidrio, que tienen una mayor durabilidad y no se oxidan. También es la zona de Son Serra se adquirirán adecuarán una serie de terrenos para mejorar equipamientos.
Patrimonio
Pero no solo la obra pública será clave en la recuperación económica, también lo será la gestión y difusión del rico patrimonio cultural del municipio. En este sentido se realizarán una amplia serie de intervenciones patrimoniales dentro de la iniciativa ‘Una volta per la història de Santa Margalida'. El programa supondrá una inyección de 700.000 euros en la promoción y difusión de la cultura del municipio, con vistas a atraer al turismo más interesado en estos aspectos.
En primer lugar se restaurarán los elementos patrimoniales y etnológicos y se pondrán en valor los tanto los paisajes como los activos culturales y patrimoniales. También se señalarán todos los elementos de interés e itinerarios de las tres zonas principales del municipio. La restauración de los nidos de ametralladora de la Guerra Civil o la excavación del yacimientos de Son Real son solo algunas de las actuaciones que se llevarán a cabo.
El atractivo artístico de del municipio se implementará también mediante la colocación en diferentes puntos de varios conjuntos escultóricos obra del conocido y prestigioso artista mallorquín Joan Bennàssar.
«Es un hecho que vivimos del turismo y hay que recuperarlo» Joan Monjo Estelrich, alcalde de Santa Margalida
Joan Monjo lleva ya muchos años en la política de Santa Margalida. Como alcalde, lo vivido en esta pandemia ha supuesto su mayor reto y ha puesto a prueba la administración de un municipio que se ha visto especialmente afectado en muchos aspectos, sobre todo económicos y sociales.
—¿Qué ha sido lo más complicado para el Ajuntament en estos meses?
—Lo más difícil ha sido aplicar las medidas restrictivas que se nos pedían. Esas actuaciones dependen de la Policía Local, de la que hay un déficit muy importante de efectivos y medios. Si en la Isla serían necesarios unos 3.000 agentes, apenas están cubiertas 2.500 plazas. Esto provoca una carencia que se ha puesto de manifiesto durante la crisis sanitaria. La vigilancia del cumplimiento de las restricciones ha sido muy complicada.
—Santa Margalida, como municipio turístico, ha sufrido especialmente. ¿Cómo ha vivido este hecho?
—El hecho es que vivimos del turismo y tenemos que recuperarlo y potenciarlo. Es evidente que se han de producir ciertos cambios en el modelo turístico, peso pese a todo, lo que seguirá mandando será la demanda.
—¿De qué manera se ha apoyado al sector comercial?
—Hemos apoyado al pequeño comercio y al sector de la restauración de Santa Margalida con una serie de medidas como la gratuidad de la tasa de ocupación de la vía pública o una rebaja en las tasas de basuras. Además hemos otorgado subvenciones a las pequeñas empresas por un importe de 400.000 euros, aportados entre el Ajuntament, el Consell de Mallorca y el Govern. Hemos reforzado el área de Serveis Socials aumentando tanto su presupuesto como su personal.
—¿Cómo han percibido el impacto económico de la pandemia en el sector turístico desde su administración?
—Un buen dato lo aportan las playas, de las que tenemos algunas de las mejores de toda la Isla. Los beneficios de los servicios que prestamos en estas playas fueron en 2019 de aproximadamente un millón y medio de euros. En 2020 se redujeron hasta prácticamente cero y en lo que llevamos de 2021 apenas hemos alcanzado los 300.000 euros. Este será un año de transición, con alguna mejora, pero aún difícil. Estaremos al 25 o 30 % de nuestra capacidad y la mayoría de los hoteles estarán a medio gas. Creo que en 2022 tendremos una normalidad casi total, pero no creo que el sector vuelva a ser lo que era. Habrá que adaptarse muy bien a las nuevas demandas que planteen los clientes.
«Los vecinos han demostrado una gran solidaridad» Miquel Estelrich Vanrell, regidor de Serveis Socials
El área de Serveis Socials de cualquier ayuntamiento ha sido clave en la gestión de la pandemia y en la minimización de sus consecuencias, pero en Santa Margalida lo ha sido más aún por la tipología turística del municipio. Miquel Estelrich es su responsable y relata cómo han sido estos meses de incansable trabajo en los que se han multiplicado esfuerzos e inversiones para poder atender las necesidades de miles de usuarios.
—¿Cómo ha sido la gestión de la pandemia desde su área?
—Lo ocurrido ha sido un desafío. El área ha crecido de dos a seis personas y hemos pasado de dar servicio a unas 200 personas a más de 2.000 y el importe de las ayudas que prestamos ha pasado de 50.000 a 200.000 euros y además hemos aumentado la plantilla con dos educadores sociales. Para tener una idea del impacto de la pandemia, baste decir que de ese presupuesto la mitad ha ido destinada directamente a alimentos.
—¿Cuales han sido sus principales lineas de actuación?
—No hemos escatimado recursos, y hemos puesto en marcha una gran cantidad de medidas, como el proyecto piloto de inserción de personas en riesgo de exclusión social dotado con tres monitores y que se ha puesto en marcha en junio. Es muy importante también la creación de un departamento de Serveis Socials en Can Picafort, que carecía de este servicio. Consta de una persona para tareas administrativas, tres trabajadores sociales, un psicólogo y un educador.
—¿Ha sido importante la implicación de los vecinos del pueblo en esta situación tan grave?
—Si, el pueblo, sus vecinos, ha respondido muy bien, han estado a la altura de las circunstancias y han demostrado una gran solidaridad.
«Ha sido una situación que no podíamos esperar» Eugenio Garrido Vivas, regidor de Turisme, Comerç i Medi Ambient
Como regidor de Turisme i Comerç, Eugenio Garrido se ha enfrentado al año más difícil de su carrera política. Como propietario de varios negocios del sector, ha sufrido de primera mano las consecuencias de la crisis sanitaria y económica y ello le ha permitido poder luchar más activamente contra sus efectos.
—¿Cual ha sido el mayor desafío al que se ha enfrentado en estos meses?
—Ha sido una situación que jamás habríamos esperado, un verdadero palo. Pero nos hemos enfrentado a ello con ilusión y ganas y seguimos trabajando día a día en superar como pueblo estos tiempos increíblemente difíciles.
—¿Qué lecciones ha aprendido de toda esta situación?
—Fundamentalmente que vivimos en un mundo que nos ha permitido ver las consecuencias de que ocurra algo tan imprevisto. También hemos aprendido a reinventarnos y adaptarnos a las nuevas circunstancias. Pero lo más importante en adelante es poder mirar atrás y aprender de todo lo que hemos vivido y de todas las situaciones por las que hemos pasado para no volver a caer en ellas.
—¿Qué medidas se tomarán desde su área para tratar de minimizar las consecuencias de la pandemia?
—Queremos volver cuanto antes a una situación más normalizada y sobre todo segura. Solo así podremos volver a captar al turismo, que es nuestro principal recurso económico. Soy consciente de que costará y se tardará aún un par de años, pero no tengo dudas de que lo lograremos.
—¿Y cómo se podrá lograr?
—No quedándonos parados, trabajando, siguiendo con los proyectos, promocionando aspectos como la cultura y no confiando solamente en el turismo de sol y playa.