La zona de baño de Llenaire está precintada desde el pasado domingo y previsiblemente seguirá así hasta el lunes tras el envenenamiento de un can y ante la sospecha de que pueda haber más veneno en la zona.
No es la primera vez que un animal sufre un envenenamiento en la llamada ‘playa para perros' del Port de Pollença. El último caso se detectó hace ahora una semana.
Marcos Makowski, el veterinario que atendió al animal, informó este viernes de que el can «se recuperará y ya ha recibido el alta». Todos los indicios apuntan, una vez realizados los análisis toxicológicos, a que el perro ingirió un huevo duro previamente inyectado con una sustancia tóxica y que estaba en la zona de algas. Al parecer hay testigos que corroboran que había un huevo duro enterrado entre los restos de posidonia.
La regidora de Policía y Medi Ambient del Ajuntament de Pollença, Maria Buades, recuerda que «estos días se ha estado rastreando y desbrozando toda la zona» mientras la Policía Local continúa con las pesquisas. La Policía no ha encontrado hasta ahora rastro del veneno.
Antecedentes
El envenenamiento del animal ha despertado la alarma entre buena parte de los vecinos de la zona, ya que no se trata además de un hecho aislado, sino que se ha repetido en distintas ocasiones desde que se habilitara este espacio para los bañistas y sus mascotas.
Pese a las críticas de los animalistas y de buena parte del vecindario hasta ahora no se ha conseguido dar con el autor de los envenenamientos.
Un gato pierde un ojo de un tiro en la misma zona
El veterinario Marcos Macokski atendió este jueves a un gato de nombre Pussycat que ha perdido un ojo y ha sufrido importantes heridas como consecuencia de varios perdigonazos, también en la zona de Llenaire.
Macokski confirmó, que como en el caso del can, los hechos han sido denunciados en la Policía.