El Pi de Sant Antoni 2020 aguarda desde este miércoles en la finca de Ternelles, preparado para bajarlo en carro hasta la Plaça Vella el próximo 17 de enero, cumpliendo con la ancestral tradición con la que los pollencins celebran la Festa de Sant Antoni desde tiempos inmemoriales. El ejemplar de este año mide 21,5 metros según informó el alcalde de Pollença, Tomeu Cifre Ochogavía (Tots).
Si la cifra que el alcalde ha dado es correcta, el ejemplar excede en metro y medio el límite máximo de longitud que un comité de expertos estableció en 2019 por razones de seguridad. Lo hizo después de que en 2018 el Pi (que rondaba los 22 metros) se partiera prácticamente por la mitad al forzarlo para entrar en la Plaça Vella hiriendo a dos personas, una de ellas de gravedad. «Este año mide 21,5 metros, está dentro del límite. Es un tamaño correcto», dijo ayer Cifre Ochogavía.
Sobre las especulaciones de que el gallo vivo pueda volver este año a la cesta que corona el Pi de Sant Antoni, Cifre se limitó a decir que «el pueblo manda» y que «no se prevén sorpresas, aunque las sorpresas siempre llegan en el último momento».
Cabe recordar que la decisión de suprimir el gallo vivo como premio cuando Miquel Àngel March (Junts) era el alcalde de Pollença levantó ampollas entre una parte de los pollencins partidarios de mantener la tradición desoyendo las advertencias previas del Govern. Muy a su pesar, finalmente el Pi de 2018 no pasó a la historia por ser el primero sin gallo vivo sino porque el ejemplar ‘de récord' acabó hecho trizas al entrar en la plaza causando dos heridos.
Este miércoles llega el turno de los molleros que suben a Formentor a seleccionar su propio pino.