Los trabajos para reconstruir las infraestructuras dañadas en el Llevant de Mallorca tras la fatídica torrentada del 9 de octubre han permitido que la normalidad vaya regresando a esta comarca, donde las localidades más afectadas han recuperado el agua potable y solo queda una carretera en obras de los más de veinte tramos que estuvieron cortados al tráfico.
Las obras de reparación de las carreteras dañadas por los torrentes desbordados y la lluvia torrencial empezaron pocos días después de la tragedia y seis meses después todas están arregladas menos una, en la que no han podido empezar los trabajos hasta que terminó la reconstrucción del puente de la Ma-12 en Artà.
Uno de los principales perjuicios materiales fueron los daños en la red viaria de toda la zona del Llevant, con deslizamientos, socavones, hundimientos y grietas en el pavimento que llegaron a dejar zonas aisladas. Una vez las aguas volvieron a su cauce, el departamento de Territorio e Infraestructuras del Consell de Mallorca puso cifras al destrozo: había daños graves en 21 carreteras que sumaban 184 kilómetros.
Una de las actuaciones más importantes desde entonces ha sido la reconstrucción del puente d'en Pentinat, la entrada a Artà desde la Colònia de Sant Pere.
Ese acceso estuvo cortado desde el día de la torrentada hasta principios de diciembre, cuando los ingenieros y pontoneros del Ejército de Tierra dejaron instalado un puente militar provisional sobre el torrente des Revolts. El puente definitivo abrió al tráfico el 11 de marzo.
De todos los demás trabajos para que las carreteras recuperasen la normalidad, medio año después están terminadas 20 de las actuaciones y solo queda reparar de los 15,6 kilómetros del camí de Conilles, que empezó una vez se reabrió el puente de Artà porque hasta entonces fue la vía alternativa que se utilizaba para entrar por ese lado a la localidad.
Además de eso, faltan los ajustes finales de la obra del puente y los trabajos de reconstrucción al estado original de la zona del torrente des Revolts, donde se instaló el puente militar.
En total se han reparado ya 168 kilómetros que sufrieron daños. Cuando todo termine, se habrán destinado 23,8 millones a estas obras.
También ha sido crucial recuperar el servicio de agua potable y de evacuación de residuales. Después de 3,5 millones de euros de inversión, la reparación del servicio de aguas en Sant Llorenç está a punto de finalizar, con nuevas estaciones de bombeo, la sustitución del colector antiguo, y también nuevos equipos para conducir agua potable entre Son Carrió y Sa Coma.
Los torrentes de la comarca han sido sometidos a obras de reparación y trabajos de limpieza por valor de 25,5 millones de euros.
En concreto, se ha actuado en 172 kilómetros de torrentes y 10,5 kilómetros de acequias y afluentes en los que se ha desbrozado una superficie de 3,2 kilómetros cuadrados, con un volumen de excavación de casi 307.000 metros cúbicos. Se han reparado 14.000 metros cuadrados en muros dañados con una longitud total de 26,5 kilómetros.
Solo en Sant Llorenç se han destinado más de 10 millones de euros a obras de reforma municipales después de la torrentada. El alcalde, Mateu Puigròs, calcula que en la recuperación de las infraestructuras municipales la ejecución de las obras rondará el 75 %. En los bienes privados, hay quien espera a terminar las obras en verano. «Hay casas que se pintaron y repararon al principio y que ahora se tienen que volver a pintar por la humedad», explica.