Escorca declara la guerra a los grafitis, que de un tiempo a esta parte están proliferando en algunas zonas del municipio. Y no solo se combatirán las pintadas, sino también otras actitudes que dañan la señalización y el mobiliario. «Hay que acabar con este problema lo antes posible para evitar que se produzca un efecto llamada», asevera el alcalde Antoni Solivellas.
Estas pintadas incívicas han aparecido mayoritariamente en el Port de sa Calobra y en la carretera que conduce a este núcleo. Pueden verse en las cajas del alumbrado público, en las señales que indican los lugares de interés y hasta en los taludes de paret seca de la conocida carretera diseñada por el ingeniero Antoni Parietti. También hay alguno en las rocas calcáreas de la protegida Serra de Tramuntana.
Solivellas explicó que se actuará a dos niveles: «Por un lado pediremos al Consell que proceda a limpiar lo antes posible los grafitis de la carretera; por el otro, este Ajuntament ha ordenado a la Policía Local que investigue las pegatinas y las pintadas realizadas en las zonas urbanas con tal de sancionar a sus responsables». El alcalde informó que ya se están visualizando las imágenes captadas por los sistemas de videovigilancia y advirtió de que la ordenanza prevé sanciones de hasta 3.000 euros a los que dañen el mobiliario urbano.