Los okupas se están conviertiendo en un problema en Marratxí, especialmente en la zona de sa Cabana donde hay al menos cinco viviendas que han sido invadidas. Los vecinos ya han denunciado ante el Ajuntament las molestias que estos ocasionan, pero desde el Consistorio reconocen que no cuentan con las herramientas necesarias para hacer frente al problema que se agrava en la zona.
El concejal de Seguretat Ciutadana, Antoni Mangiova (Som-Guanyem), señala que es muy complicado luchar contra la ocupación ilegal porque debe presentarse una denuncia y la Justicia es la que debe ordenar el desalojo, lo que respresenta muchas veces un retraso importante. Mangiova añade que «en ocasiones han llegado a presentar contratos falsos de alquiler elaborados por ellos mismos para justificar la ocupación».
En su mayor parte se trata de viviendas que han sido embargadas y son propiedad de los bancos y en otros casos se desconocen los herederos del inmueble al haber fallecido su propietario en el extranjero. Mangiova apunta que en el caso de sa Cabana los okupas forman parte de un clan gitano y que incluso se dan enfrentamientos entre ellos mismos.
Las únicas medidas que puede tomar el Ajuntament es suspender el suministro de agua o el de corriente eléctrica en estos inmuebles, pero no pueden ir más allá si no lo dicta así un juez.