La remodelación de un tramo del paseo Colom de Can Picafort que el Ajuntament de Santa Margalida prevé llevar a cabo este invierno supondrá la eliminación de sus emblemáticas palmeras, uno de los elementos característicos del paisaje urbano.
La desaparición de las palmeras ha generado «preocupación» entre los vecinos, señala Nofre Plomer, portavoz de Can Picafort Unit. «Mucha gente ni lo sabe, y muchos de los que lo saben nos han expresado su malestar. Criticamos que una medida así se debería haber consultado con el pueblo», manifestó Plomer.
El teniente de alcalde y delegado municipal de Can Picafort, Joan Monjo, asegura que él quería mantenerlas, pero que varias razones hacen inviable su conservación. De acuerdo con el ensanchamiento de las aceras previsto, el Ajuntament se planteó replantarlas, «pero para garantizar la operación hay que replantarlas en verano, y en julio no podemos levantar la principal calle del pueblo», señaló.
Monjo añadió que hay alrededor de un 20 por ciento de palmeras afectadas por el picudo rojo. Algunas se han desplomado en la misma calle, otras han tenido que ser retiradas antes de que cayeras. «Consideramos más adecuado quitarlas ahora que tener que hacerlo dentro de unos años», manifestó. Monjo anunció que se sembrarán nuevos árboles, «que crezcan rápido, con un tronco de más de 5 metros de altura y que toleren la salinidad».