El equipo de gobierno de Sóller ha admitido que el horno crematorio del tanatorio municipal de Son Sang «incumplen la actual normativa en materia de estas instalaciones y que nunca han pasado un test medioambiental».
Este ‘descubrimiento' se ha realizado a raíz de una moción presentada meses atrás por el grupo municipal del PI. El portavoz de este partido insistía en solicitar al Pacte los, a su entender, preceptivos informes ambientales que en su momento deberían haberse solicitado para poner en marcha la instalación. Ha sido durante la recopilación de esta información solicitada por el PI cuando se ha puesto de manifiesto que la instalación no se ha ido adaptando a los cambios en la normativa.
Según el concejal de Medi Ambient, Josep Ll. Puig, la inversión necesaria –sensores, dispositivos de oxígeno para mejorar la combustión y sistemas de telecontrol– «no es muy elevada y será asumida por la funeraria». Su coste aproximado será de unos 25.000 euros y, mientras tanto, podrá seguir prestando servicio, ya que no se ha detectado ningún mal funcionamiento ni ha habido quejas.