Una delegación de la Asociación de Industriales de Mallorca (ASIMA) junto a una representación del Consell de Mallorca han visitado la colección más importante del patrimonio industrial de Mallorca, que se encuentra en la finca de Algaida, Son Pujolí, de la familia Amengual.
Tanto el presidente de ASIMA, Francisco Martorell, como el máximo representante del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat, tienen claro que se debe recuperar este patrimonio que se encargó de restaurar y coleccionar una persona, amante y preocupado por este tipo de piezas históricas, Guillem Amengual, fallecido recientemente.
El legado de Guillem Amengual recoge la historia industrial y agrícola de los empresarios mallorquines desde mediados del siglo pasado. Según palabras de Francisco Martorell, «no sólo hablamos de cultura, lo que Guillem Amengual ha conservado desde 1986 con cariño a lo largo de los años es un pedazo de nuestra historia que es importante que se conozca por parte de la sociedad mallorquina. Es un legado de un incalculable valor para conservar».
En este sentido, coincidió el presidente del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat, quien calificó de «extraordinario valor» esta colección y consideró que «nuestra institución debe jugar un papel clave y relevante para preservarlo y mostrarlo a las diferentes generaciones de mallorquines».
Miquel Ensenyat y Francisco Martorell consideraron también importante buscar fórmulas de colaboración para catalogar, enumerar y valorar los bienes materiales por su valor artístico y su antigüedad, ya que las piezas recogen la historia de nuestra Isla.
Valor educativo
Además, ambos mandatarios han reconocido el valor educativo para que los más pequeños conozcan de primera mano cómo ha sido el despegue y el progreso de los diferentes sectores productivos de Mallorca y cómo lo que hoy es pura tecnología en otros tiempos funcionaba de otra manera.
Durante la visita también estuvieron la directora insular de Patrimonio, Kika Coll; la directora de la FUNDACIÓN ASIMA, Cristina Beascoechea; y el tesorero y director de ASIMA, Joan Verd y Alejandro Sáenz de San Pedro.
Entre las piezas se encuentra un Ebro con cabina de madera de Transportes Pons, la única empresa de este tipo que había en Mallorca hace 30 ó 40 años; la apisonadora Invicta que hizo la carretera de s´Arenal hasta Es Cap Blanc; el camión de bomberos más antiguo de Palma, en funcionamiento desde 1928 hasta los 60, cuando fue relegado a un cargo de segunda, el de regar la plaza de toros; el autocar más viejo de la Isla, con volante a la derecha y sin frenos delanteros, que cubría la ruta María de la Salut - Sineu - Lloret - Pina –Algaida o dos motores de finales del XIX que aún hoy se podrían poner en marcha o la máquina con la que se suministraba gasolina a los aviones de Mussolini que bombardearían Barcelona o Valencia, entre otras muchas piezas.