Con carácter de urgencia, todos los regidores del Ajuntament de ses Salines fueron convocados ayer a las 13.45 horas para celebrar un pleno extraordinario a las 16.30.
El motivo fue la repetición de la sesión plenaria del pasado miércoles en la que Bartomeu Lladonet (CxI) cedió la Alcaldía a Maria Bonet (PP). Al inicio de dicho pleno extraordinario, por culpa de un olvido, no se votó la urgencia de la convocatoria de la sesión de entrega de la vara de mando. Así, ayer se vivió una situación surrealista en la que se repitió el pleno, ajustándose esta vez a la estricta legalidad, y en el que Lladonet volvió a entregar la vara a Bonet. Eso sí, con sin apenas público.
Esta decisión fue motivada por el hecho de que si no se votaba la urgencia del pleno del miércoles, la sesión plenaria podría haber sido impugnada y por tanto podría haber quedado anulada.