Coincidiendo con el inicio de la celebración de las fiestas patronales, Costitx inauguró ayer las dos grandes obras que se han ejecutado este año en el municipio: la reconversión del antiguo convento de las monjas franciscanas en un centro de formación y ocupación y la eliminación de barreras arquitectónicas de la casa consistorial.
Respeto al convento, el alcalde, Antoni Salas, destacó que «ha sido un trabajo de randeta». «Podría parecer una suma de casualidades, pero detrás la compra del convento de las monjas, de la subvención de la Unión Europea que nos ha permitido adquirirlo y de su reconversión en un centre de ocupación hay mucha faena», añadió Salas.
La consellera de Comerç i Indústria, Francesca Vives, y el conseller insular de Cooperació, Miquel Rosselló, también asistieron a la inauguración. Tanto el Govern -que aportó 160 mil euros para comprar el edificio- como el Consell -que financió su remodelación en cerca de 200 mil euros- ha colaborado en la ejecución del proyecto.
Sin barreras
Por otra parte, también ayer se inauguró la renovada casa consistorial, donde se han suprimido las barreras arquitectónicas. Concretamente, se ha instalado un nuevo ascensor, se ha adaptado el baño para personas minusválidas y se ha modificado el alzado de la cubierta. Dichas obras han tenido un coste de 110 mil euros, 100 mil de los cuales los ha aportado la Conselleria d'Obres Públiques.