Hace una década que Guillem Feliu es el párroco de Santa Margalida, tiempo en el que ha roto moldes dentro del estamento eclesiástico. No le gustan los estereotipos ni las comparaciones ni encaja tampoco en el típico perfil del rector de un pueblo de Mallorca.
-El viernes organiza una procesión manifestación de las cofradías. ¿Qué quiere reivindicar?
-Haremos una procesión que invita a reflexionar sobre las tres cruces que más afectan a la sociedad: la de los terremotos, la cruz de la crisis económica y la tercera, es la del terrorismo, cuando se imponen las armas al diálogo.
-Y en tiempos de crisis, ¿cómo ve a la sociedad?
-Se trata de una cuestión política, veo que hay muy pocas herramientas para salir adelante. Además, no puedo entender que a una persona en el paro se le conceda una ayuda porque nunca más volverá a trabajar. No soy político pero hay que coger el toro por los cuernos porque el pueblo no es el culpable de la crisis.
-¿Convocaría una manifestación para que la mujer tenga su papel correspondiente en la Iglesia?
-Siempre he creído y defendido que la mujer tiene un papel importante en la Iglesia. La mujer no es un elemento decorativo, tiene que poder dirigir y tener efectos a nivel consultivo.
-¿Se considera feminista?
-Me considero una persona acogedora de los derechos de las mujeres. No creo en los radicalismos de feminismo y machismo. Pero, ¿la Iglesia es machista? Sí.
-¿Qué le parecen los casos de corrupción política?
-Estoy escandalizado. Personalmente, me gustaría que la Justicia destapara todo lo que hay porque estoy asombrado.
-¿Habría que sacar a la luz todo lo que hay en la Iglesia?
-Pederastia cero. Ante esto, quiero decir que permisibilidad cero. Cualquiera que haga ésto, tiene que ir primero a un médico y después hay que sacarlo fuera de la Iglesia, a la calle.