Con paja, banderas de colores y vendedores vestidos de época las calles de Jaume I y Sant Joan y las plazas de Sant Martí y dels Abeuradors se transformaron ayer en un selecto mercado medieval.
Un total de 31 artesanos, la mayoría de Mallorca, exhibieron diversos productos selectos que iban desde los quesos y embutidos hasta cosméticos o cestas cordadas a mano. Uno de los tenderetes que contó con mejor acogida fue el de hierbas y plantas medicinales.
La lluvia hizo acto de presencia durante la mañana pero no fue hasta la una del mediodía cuando el chaparrón obligó a recoger tenderetes y a suspender actos como eball de bot que tenía lugar en la Plaza Compte de Empúries. «El año pasado tuvimos que suspender la fira por el mal tiempo. Hoy ha venido mucha gente pero estas nubes nos han fastidiado», lamentaba a mediodía el concejal de Fires i Festes, Pau Capó. Además del mercado Muro acogió a lo largo del día numerosos actos culturales.