Indignación entre los usuarios de BiciPalma tras la subida de tarifas: «Dejaré de utilizarlas»

El cargo adicional para las bicicletas eléctricas a partir de agosto y el aumento de precios han generado un claro rechazo en la ciudadanía

Pau, Nico, Lucas, Juliana y Ábdelaaziz | Foto: Guillem Rosselló

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El anuncio del Ayuntamiento de Palma de aplicar un recargo por el uso de las bicicletas eléctricas de BiciPalma a partir del 1 de agosto, además del aumento general de las tarifas, ha encendido los ánimos de muchos usuarios de este servicio. «Con esta subida de precios dejaré de utilizarlas», comentaba un ciudadano indignado este jueves. La medida, aprobada por el Consejo de Administración de la Societat Municipal d'Aparcaments i Projectes (SMAP) con los votos de PP y Vox, implicará un recargo de 35 céntimos por cada trayecto en bicicleta eléctrica dentro de la tarifa plana que también se encarece y pasará de 24 a 30 euros anuales.

Ábdelaaziz, un usuario que regresaba este jueves del trabajo en una de las bicicletas rosas, la versión eléctrica, asegura al finalizar su trayecto que la medida afectará directamente a su movilidad diaria: «No sabía nada. La gente emplea más las bicicletas eléctricas ya que generalmente están muy bien. En verano especialmente son muy útiles. Yo voy en bicicleta eléctrica al trabajo, está muy lejos y con el sol que hace si no hay ninguna disponible voy en autobús antes de emplear una de las azules».

Sobre el aumento de tarifas anual, se muestra más comprensivo: «La subida anual no pasa nada, no me parece excesiva, el servicio lo considero barato y bueno. Si la subida sirve para que todavía mejore un poco más me parece un aumento correcto».

Otros usuarios, como Manuel, que circulaba también en bicicleta eléctrica de BiciPalma por el Paseo Mallorca, también muestra reticencias a la medida: «Es una medida de recaudación. Las bicicletas rosas, las eléctricas, solo las utilizaré en momentos puntuales».

Por su parte, respecto al recargo en las bicicletas eléctricas, desde el SMAP apelan al menor impacto ambiental de las mecánicas y al efecto positivo de fomentar la actividad física entre la población. También apelan al envejecimiento prematuro de la flota eléctrica por su alta demanda.

Una bicicleta eléctrica en la estación de Avenida Argentina.
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Pau, que utiliza la bicicleta para desplazamientos cortos o medios por la ciudad, denuncia que este tipo de medidas van en contra del modelo de ciudad sostenible que debería impulsarse desde las administraciones públicas. «Facilitar cada vez más el acceso a este tipo de transporte son medidas adecuadas, dificultarlo, por ejemplo a través de un aumento de tarifas, creo que no son las medidas oportunas», opina.

Este usuario va más allá: «El uso de estas bicicletas permite quitar coches de la calle, reducen atascos y contaminación; y mejoran la salud pública. El hecho de que las bicicletas eléctricas sean muy utilizadas tendría que animar a que pusieran más estaciones, más bicicletas y más carriles bici».

Pau, tras finalizar su trayecto.

Pau defiende que «hay que diferenciar el uso deportivo del uso como medio de transporte» y considera que, si se quiere promover una ciudad más saludable, lo lógico sería que «todas las bicicletas fueran eléctricas, como ya sucede en otras grandes ciudades».

También Nico y Lucas, usuarios desde hace unos pocos meses, se muestran decepcionados. «No nos hace mucha gracia. Ya hay pocas eléctricas y que ahora vaya a costar un dinero adicional no nos parece bien», apunta Nico. Su compañero Lucas apunta que «depende de la distancia igual sí que asumiría pagar los 35 céntimos. De momento creo que las seguiremos usando». Ambos coinciden en que la subida del abono anual les parece aceptable.

Nico y Lucas.

Juliana, que utiliza BiciPalma para ir a trabajar, también se muestra disgustada con la noticia: «Empezaré a usar las azules a no ser que esté llegando muy tarde a mi trabajo. Además nadie te garantiza que pagues y luego vayan bien. Muchas veces consigues una eléctrica, luego no funciona correctamente y pesan más que las normales», comenta. «Las coge demasiada gente porque el servicio de autobús va muy mal en Palma. Creo que tendrían que poner todas las bicicletas eléctricas y que no fueran de pago más allá del pago general», concluye.