El grado de satisfacción de la Associació de Veïns de Son Ferriol hacia el Ajuntament de Palma y con su coordinadora de Distrito, Francisca Oliver, es «alto», en palabras de Jordi Llabrés y Mateu Cabot, presidente y vicepresidente de la entidad. «Siempre que pedimos algo, responden, nos sentimos atendidos y no tenemos queja alguna. Nos dejan desarrollar nuestra labor y eso es de agradecer», aseguran.
Pese a que una barriada de las características de Son Ferriol, amplia a nivel geográfico y demográfico, son constantes y variadas, la atención por parte de Cort es algo que destacan en los diferentes servicios que ofrece y gestiona el Ajuntament, con el que mantienen una relación constante y fluida a través de sus diferentes canales de comunicación.
A la hora de realizar peticiones al consistorio, centran sus demandas en dos aspectos que creen podrán solventarse a lo largo de esta legislatura. Uno de ellos es la ausencia de tramos de carril bici en la red próxima a la barriada. «No tenemos carril bici para salir. Sólo lo podemos hacer en coche o en bus», asegura Jordi Llabrés, quien apunta especialmente a tramos incompletos a la hora de conectar a Son Ferriol con Palma (Son Morro) o el Coll d'en Rabassa, «apenas son unos 500 metros o poco más».
Piensan que esta actuación haría «que más gente utilizara la bicicleta o el patinete eléctrico para desplazarse hasta Palma a trabajar, o al hospital de Son Llàtzer, por ejemplo», pese a que cuentan con una completa y activa red de transporte público por parte de la EMT y el TIB, que aseguran la conectividad de los vecinos.
Seguridad y operatividad
De la misma manera, plantean la posibilidad de contar con un puesto permanente de la Policía Local de Palma, dada la elevada densidad de población y el radio de acción del distrito, «con unos 11.000 habitantes contando s'Hostalot», núcleo próximo a Son Ferriol y que ha crecido de manera notable a lo largo de los últimos años.
No lo hacen con ánimo de crítica, pues califican de «sobresaliente» la labor del Policía de Barrio, aunque creen que es un servicio que requeriría de más horas. «La policía viene, está, la vemos por aquí, pero creemos que podría darse una mayor sensación de seguridad con un espacio permanente, y terrenos hay», explica Llabrés, quien recuerda la rápida reacción del Ajuntament de Palma ante una reciente oleada de robos.
Además, esa presencia ayudaría a frenar algunas actitudes incívicas por parte de conductores de coches y motos, además del ruido y molestias que generan algunos locales que abren los fines de semana hasta altas horas de la madrugada. El ser un espacio tan amplio, comprendiendo desde la Playa de Palma hasta Sant Jordi, Son Gual y otros núcleos dispersos hace en ocasiones que la intervención pueda retrasarse, pese a mostrar su satisfacción por la respuesta de la Policía Local de Palma cuando se la requiere.