Eloy, el sintecho que este martes acampó frente al Consolat de Mar y la Llotja con una tienda de campaña, ya ha recogido sus pertenencias y abandonado el lugar, tal como él mismo anticipó. La insólita imagen de una tienda en el césped a sólo unos metros de la sede de la Presidencia del Govern ha durado poco, si bien por el momento se desconoce si el malagueño de 44 años ha podido pasar la noche completa en este punto o ha sido desalojado antes por las fuerzas de seguridad. Desde el Ajuntament, la portavoz del equipo de gobierno, Mercedes Celeste, ha asegurado que siempre intentan «dar solución a las personas en situación de calle», aunque matiza que en estos procesos hay un factor de voluntariedad por parte del afectado: «Ellos tienen que querer colaborar y aceptar la ayuda. En todos los casos siempre se ofrece colaboración», ha apuntado la regidora.
Eloy frecuenta la zona de la Llotja, muy visitada por los turistas, pero este martes decidió acampar debido a las lluvias que cayeron sobre la ciudad. Aseguró que no pretendía causar problemas y que abandonaría el lugar este miércoles por la mañana. Sólo pedía un margen de unas horas. Aunque contó que vivir en la calle «es muy duro», prefiere no acudir a Ca l'Ardiaca, un equipamiento del Consell, porque dice que ha tenido malas experiencias. En verano trabajó de socorrista pero padece un problema de salud que le afecta a la movilidad en las piernas.
En los últimos años los asentamientos han ido en aumento en Palma por la exclusión residencial. Se calcula que hay más de 60, aunque su número va variando, así como su ubicación. Cada vez más personas están recurriendo a vivir en chabolas o tiendas de campaña, un fenómeno que se expande hacia la clase trabajadora, que aunque cuenta con ingresos, son insuficientes.