El comienzo de curso ha sido especialmente «caótico» para más de una docena de estudiantes del centro de secundaria Nou Llevant. Los alumnos de primero de la ESO que salían desde Palma Aquarium, Can Pastilla, Coll d'en Rabassa y la Gruta han sufrido una mañana «muy angustiosa» antes de entrar a clase, en el que ha sido su primer día en un nuevo centro. Las familias habían contratado el servicio de autocar, ofrecido por el instituto, que recoge a los alumnos en las paradas mencionadas para llevarlo hasta el centro. Sin embargo, en su primer día, «nada ha sido como lo planeado», cuenta Yolanda Laguna, madre de un joven de 11 años.
«Nos advirtieron que el autocar salía desde Palma Aquarium a las 7:15. Entonces, hemos querido ir con tiempo y a esa hora estábamos en nuestra parada, Coll d'en Rabassa», explica Yolanda. «Lo primero que nos ha parecido extraño es que ha llegado desde una dirección opuesta a la ruta establecida. Luego, hemos visto que eran las 7:18 y estaba en nuestra parada, era inexplicable que hubiera pasado por las dos previas», relata. Además, la afectada ha matizado que el autocar iba sin identificación de transporte escolar, por lo que, de no estar un grupo de madres, los alumnos no se habrían dado cuenta de que era su vehículo.
«Pero el caos sigue», continúa Yolanda. «Cuando ha abierto la puerta, el conductor ha preguntado dónde estaba el monitor responsable», en este momento se han dado cuenta de la descoordinación a la que se enfrentaban. El chófer del autocar, que iba sin monitor ni adulto responsable en su interior, había recibido la información incorrecta. «El hombre se ha presentado en Coll d'en Rabassa pensando que el trayecto era de aquí al polígono Nou Llevant», cuenta la madre. «Por suerte, yo había pedido el día libre y he podido acompañar al conductor en el trayecto, ya que por normativa, los adolescentes no pueden ir sin un acompañante».
La madre ha informado al chófer del itinerario que debería haber seguido y han realizado el trayecto desde el principio. Alrededor de 15 niños han subido tarde al autocar. Aunque algunas familias, al ver la descoordinación, han decidido llevarlos en coche. Susana, otra madre de un estudiante, se ha trasladado con su propio vehículo hasta el centro para avisar a dirección. Además, allí le han informado que en el curso anterior también habían tenido problemas con el transporte. Dado que son dos empresas distintas, una de autocares y otra de monitores, su coordinación ha sido nula.
«Confías en que el servicio funcione, dejas a tu hijo en la parada y te vas, para que luego el autocar los deje tirados en el primer día de clase», relata Susana. «Ahora que estoy haciendo un escrito de queja para la Conselleria, me doy cuenta que el transporte se ha saltado toda la normativa: nadie llevaba el control de subidas y bajadas, ni se podía asegurar que los alumnos lleven el cinturón o que entren al instituto», cuenta la madre de un alumno afectado. A esto, se ha sumado el nerviosismo de comenzar el curso en un nuevo centro fuera de la zona de confort de los jóvenes.
Por parte de Conselleria, tampoco les han asegurado que el problema mañana no se vuelva a repetir. «No me pasan con ningún responsable, solo me dicen que haga un escrito de queja», denuncia la familia de un joven afectado. Asimismo, según les informaron antes de comenzar el curso, dos autocares deben pasar a recoger a los alumnos. A pesar de ello, este miércoles 11 de septiembre, solo uno ha realizado la recogida hasta el centro.