El derribo de la casa de la calle Polvorín 7, en el barrio de El Terreno, se tendrá que hacer «casi de manera manual». Así lo confirmó el regidor de Urbanisme, Óscar Fidalgo, que afirmó que el proceso «alargará mucho la ejecución». Fidalgo señaló que el objetivo es «salvaguardar los edificios colindantes y que las familias desplazadas puedan volver cuanto antes».
La semana pasada se firmó el decreto que declaraba la ruina del edificio siniestrado y se ordenó el derribo total del inmueble, que lo llevará a cabo de manera subsidiaria el Ajuntament de Palma. «El Consistorio ha hecho lo imposible, todos los trabajos administrativos están hechos. Ahora depende del contratista y del informe sobre el fibrocemento que se tiene que eliminar, para acelerar los trabajos de derribo», señaló este martes Fidalgo.
«Ahora solo queda que la empresa contratista encargada de la obra ponga todos los medios para la demolición controlada de la calle Polvorín», añadió el regidor. Además de la vivienda de la calle Polvorín 7, están afectados los inmuebles de la calle Polvorín 9 y Robert Graves 94. La cercanía con la casa siniestrada, que se encuentra en muy mal estado, podría afectar a los edificios colindantes.
En la actualidad hay 29 vecinos realojados en hostales o centros de acogida y el resto de afectados se han dirigido a casas de familiares. Un informe del arquitecto municipal advertía a finales de mes que «visto el estado en el que ha quedado el edificio hundido y la peligrosidad que generan las fachadas inestables con la posibilidad de que su hundimiento pueda afectar a los edificios vecinos, el técnico que suscribe considera necesario prohibir el uso del edificio afectado y los edificios vecinos hasta la estabilización o demolición de las fachadas».