Sus 'pomadas' le convirtieron en uno de los bares de moda del centro de Palma, pero no pudo sobrevivir a la pandemia y a inicios de 2021 colgó el cartel de 'se traspasa'. El cierre Can Àngel, un icono de la noche palmesana durante las últimas décadas, provoca tristeza y nostalgia para quienes lo frecuentaron en diferentes etapas de su vida. Más, cuando al pasar por delante desu portal en la calle Sant Jaume, se muestra cerrado a cal y canto y lejos de la imagen cálida de su etapa de esplendor.
Can Àngel no era un bar cualquiera. Estudiantes, noctámbulos y gente de todos los perfilesprobaron sus populares 'pomadas' (Gin Xoriguer con limonada), jugaron en su cotizado futbolín y probaron sus bocadillos o menús durante décadas, pues abrió de la mano de Àngel Casellas -junto a dos de sus primos- en el año 1964, conservando y manteniendo una clientela fiel que ha querido rendir un sencillo reconocimiento a lo que significó para muchos de ellos ese bar del casco antiguo palmesano.
Y es que en la parte superior del marco de la puerta, ese acceso descendente que conducía hacia un singular olivo que presidía Can Àngel, uno de aquellos que tienen presente lo que fue ha rotulado, de manera sencilla pero emotiva, el nombre del local, algo que llama la atención de quienes reparan o echan la vista a un lado cuando pasan por delante del número 27 de la calle Sant Jaume, en los bajos de un edificio centenario donde el silencio reina allí donde el bullicio y el ajetreo era constante años atrás.