La nueva fisonomía a las que se enfrentan la barriadas de Palma ha alcanzado a un escenario en el que las plantas bajas eran uno de sus signos más inconfundibles, como era el caso de Els Hostalets. El crecimiento y la demanda de vivienda han asaltado un espacio de la calle Aragón que ha pasado de ser una barriada sin alturas a ver cómo los nuevos edificios de varias alturas comparten protagonismo con las tradicionales construcciones que han presidido ese rincón de Ciutat durante décadas.
Els Hostalets pierde parte de su esencia con el derribo de muchas de sus plantas bajas. Incluso calle adentro, abandonando la vía principal, donde apenas existen las aceras y sobreviven las construcciones que definen esa zona. De hecho, numerosas casas abandonadas o en mal estado de conservación están a la espera de la llegada de las excavadoras, cuya misión será la de retranquear la calle para ampliar la anchura de las maltrechas aceras, especialmente en la parte que separa Aragón de Jacint Verdaguer.
Y es que Cort ha planeado para ese espacio de Els Hostalets crear una zona verde liberada, para lo que el Ajuntament de Palma maneja la intención de disponer de una partida de dos millones de euros, destinados a ejecutar diversas expropiaciones en la barriada, a la vez que dispondrá de otros 200.000 dirigidos a cubrir diferentes derribos en las calles Aragón, Manacor y otros espacios sin determinar todavía.
Mientras tanto, algunos pequeños negocios de toda la vida resisten, como el histórico Café L'Auba, uno de los establecimientos del sector más antiguos de los que siguen abiertos en la ciudad. Peluquerías, farmacias y algún comercio sobrevive al cierre de otros muchos, a la par que viejos locales han pasado a convertirse en viviendas.
Los nuevos edificios de varias alturas comparten protagonismo con las construcciones de siempre, trazando un espectacular contraste, mientras que en las estrechas calles perpendiculares y paralelas a Aragón en su parte norte, aparecen las primeras obras de reforma y nueva edificación, compartiendo a su vez acera e historia con plantas bajas abandonadas, cerradas a cal y canto y algunas de ellas con el cartel de 'Se vende' bien visible.
Incluso algún anuncio se interesa por comprar o permutar solares edificables en una zona cuya cotización irá creciendo paulatinamente, por su proximidad al centro de Palma y a otras que han experimentado un auge notable, como puede ser Nuredunna y la Plaza de las Columnas y Pere Garau, incluso yendo un poco más lejos, la Soledad, donde el abandono de las viviendas resulta más elevado y alarmante, a la vez que la muerte del tejido social y comercial.
Mientras tanto, la nueva y futura realidad de Els Hostalets convive con la ruina y el olvido de lo que fue un barrio popular de Palma, con enorme vida en sus callejuelas, pero en el que las nuevas generaciones no han encontrado su espacio y los vecinos de toda la vida se resignan a contemplar cómo cambia el paisaje que, durante décadas, presidió este lugar de Palma, puerta de entrada por la carretera de Inca.