La arquitecta Maria Gómez (Palma, 1988) defiende el papel de la mujer como creadora y usuaria del espacio público y de los elementos que lo conforman. Desde una visión feminista y transformadora, Gómez explica que «el urbanismo feminista parte del punto de que el urbanismo no es neutro. En una sociedad patriarcal el espacio público también se ha diseñado con esta visión. Hasta hace muy poco las decisiones las tomaban figuras masculinas y, desde hace poco, la mujer está tomando un rol más relevante en cuanto a cargos, gestión de espacios... Gómez explica que «el urbanismo feminista siempre ha reivindicado que el espacio público y los edificios deben estar diseñados teniendo en cuenta a las mujeres. La idea del urbanismo feminista es poner a las personas en el centro, ya que antes no lo estaban. Se eligieron los coches, la velocidad o intereses económicos determinados…».
La técnica, que ha formado parte en el pasado de la Oficina del Pla General de l'Ajuntament de Palma, revela que «todas las encuestas y estadísticas apuntan a que las mujeres somos las que más utilizamos los equipamientos, el transporte público, los parques infantiles y las que más caminamos por la ciudad». Le preguntamos a Maria Gómez si Palma ha avanzado en los últimos años en urbanismo de género a lo que ella responde que «más que un ‘no' rotundo diría que muy poquito».
Riesgo
La también urbanista añade que «las aceras de dos palmos de alto y cuatro carriles de coches forman parte de un espacio hostil. La misma calle Fàbrica en la que solo tengo un metro para pasar al estar llena de terrazas es hostil para los que queremos ir caminando o con un carrito de la compra».
Como ejemplo del tema que nos ocupa, Gómez opina que las casetas del Mercat de Nadal en el Parc de Ses Estacions es «arquitectura efímera hostil. ¿Por qué? Son elementos muy estancos, su colocación no permiten ver a larga distancia, crean puntos muertos y las casetas tapan la luz. Este año han creando un parque inseguro para la mujer».