Cien hectáreas en Génova, otras 150 en Es Puntiró; las áreas de Pla de Sant Jordi, Son Ferriol o s'Aranjassa o el mismo bosque de na Burguesa serán terrenos aptos para la caza cuando el Ajuntament de Palma entregue la firma de adhesión al Plan Marco de Ordenación Cinegética del Consell. La fecha prevista es, a lo sumo, a partir del próximo jueves, 2 de noviembre, aunque todavía está por confirmar.
Así lo han aprobado en el pleno de Cort a propuesta del grupo Vox que pide poder cazar en los terrenos rústicos y zonas no acotadas de la ciudad cuando sea temporada. Esto son, calculan, unas 3.000 hectáreas, el municipio con la extensión más amplia.
El portavoz adjunto de esta formación, Fulgencio Coll, ha defendido que si bien la decisión de excluir Palma de ese Plan Marco, tomada en 2016 era respetable, «ahora hemos cambiado las tornas y decimos ¿por qué no?».
Coll ha rechazado que la medida sea irresponsable, tal y como defiende Més per Palma, y ha recordado que los cazadores «tienen su licencia, y un seguro y se ajustan a las condiciones y a la normativa. Es algo legal y les devolvemos sus derechos», ha señalado.
La soberanista Neus Truyol ha explicado que la caza debería practicarse en los cotos donde está específicamente regulada y no en terrenos libres, ya que «significa que cualquiera pueda entrar en propiedades privadas que no tienen relación con la caza, es una desprotección absoluta hacia la seguridad de las personas», ha dicho.
El regidor del PSOE, Francisco Ducró, ha incidido por su parte en la peligrosidad de esta práctica en una zona como Palma, con la vivienda «muy diseminada» y solicitó que se analicen escrupulosamente «las opciones que hay».