La Nit de Reis de 1937 un escuadrón fascista sacó de la cárcel de mujeres de Palma a cinco reclusas, que jamás volverían al penal. Este pasado jueves se confirmó que Aurora Picornell y las Roges del Molinar fueron enterradas en una fosa común en el cementerio de Son Coletes de Manacor. A pesar del hallazgo, queda mucho trabajo por delante, en lo que atañe a recomponer la historia y saber cómo y dónde fueron asesinadas. Una mirada a sus vidas personales permite apreciar quién es quién en la historia de las Roges del Molinar y la Pasionaria mallorquina.
Aurora Picornell Femenías nació en Palma el primero de octubre de 1912. Muy ligada al barrio marinero del Molinar y al pujante movimiento obrero que en aquella época recorría la capital balear, se dedicó a la costura e inició movimientos sindicales para este sector eminentemente formado por mujeres de clase humilde. Se la conoce por apoyar el Socorro Rojo Internacional y ser una de las dirigentes destacadas del Partido Comunista de España (PCE) en las Islas Baleares en los tiempos que rodearon la Guerra Civil. Antes de las hostilidades fraticidas participó en el primer Día de la Mujer de Mallorca. Corría el año 1934.
También contribuyó a combatir el analfabetismo y participó en multitud de publicaciones antifascistas. Fue detenida en la Casa del Poble de Palma y presa en la cárcel de mujeres de Can Mir. Se creía que permanecía enterrada en Porreres, pero el hallazgo de su pluma estilográfica en la fosa 3 de Son Coletes (Manacor) ha cambiado la historia.
De Catalina Flaquer se desconoce la fecha exacta de su nacimiento; sí se sabe que era la mayor en edad de todas las Roges del Molinar y la apodaban na Catalina Torreta. También oriunda del Molinar, zona relativamente industrializada de Palma y hogar de pescadores, se distinguió por su fuerte compromiso político, hasta el punto de que ella y sus hijas Antònia y Maria Pascual eran las mujeres a las que primigeniamente se las conocía con el apelativo que finalmente ha dado nombre a todo el grupo de represaliadas. Durante la guerra la detuvieron y torturaron para que revelara el paradero de sus hijas. Su resistencia estoica no sirvió de mucho, y finalmente las jóvenes fueron localizadas y arrestadas. Las tres recorrieron el particular corredor de la muerte al que les abocaron sus verdugos esa noche maldita del 5 de enero de 1937.
La palentina Belarmina González era tres años menor que Aurora Picornell. Se recuerda que vivía en la calle de Sant Rafel número 34 de la Soledad, uno de los barrios obreros por excelencia de Palma. Ingresó en la cárcel de Can Sales apenas cinco días antes de su ejecución. Algunas fuentes la señalan cercana al PCE, aunque desde luego no al nivel de Picornell o de Flaquer, mucho más significadas con la causa comunista. De hecho, algunos especialistas sostienen que no tenía ninguna relación con el resto de Rojas del Molinar, un extremo que de confirmarse apoyaría la tesis de que la asesinaron por confusión, más que por su peligrosidad para las incipientes autoridades golpistas.