El Parc de la Mar, quizá el parque más visitado y fotografiado de Palma, muestra ya su peor imagen: el 'esqueleto' de gran parte de su balaustrada cada vez más visible, así como socavones en todo el pavimento. Y es una zona donde juegan multitud niños, por eso muchos progenitores levantan ya la voz asegurando que es sumamente peligroso para los más pequeños. Solo hay que echar un vistazo a los hierros oxidados que asoman. «Un día va a ocurrir una desgracia aquí, y nadie se va a querer hacer responsable», aseguraba un nutrido grupo de padres, que durante esta Semana Santa ha invadido el parque.
No dejan de repetirlo tanto los residentes como los visitantes que se dejan caer por esta zona verde, ubicada en un espacio privilegiado de la capital palmesana: quién ha visto el Parc de la Mar y quién lo ve ahora. La obra más recordada de la época del socialista Ramón Aguiló al frente de Cort enseña su peor cara, precisamente ahora que entramos en temporada alta. ¿Abandono, falta de mantenimiento o, simplemente, es hora de un lavado de cara más que necesario?
El Parc de la Mar, con una superficie de 91.356 metros cuadrados, que incluye 25.320 metros cuadrados de lago, se creó en 1984, hace ahora 38 años. Para su construcción se utilizaron materiales tradicionales, como el marés, un elemento arquitectónico que ha sufrido un importante desgaste debido a su ubicación junto al mar, y a su utilización como pavimento, algo poco habitual en la Isla; si a esto le sumas su complicada reparación, da como resultado un peligro constante para los viandantes.
Todavía no hay fecha fijada para que el Ajuntament de Palma dé inicio a la esperada reforma del parque. En un principio se fijó para finales de este mes de abril, luego para este verano. A día de hoy no hay noticias desde el área de Infraestructures i Accesibilitat de Cort, que lidera Angélica Pastor. El proyecto de reforma que se presentó a principios de este año prevé la sustitución del pavimento de aproximadamente la mitad del parque, unos 6.000 metros cuadrados.
El marés se sustituirá por una baldosa prefabricada, que ha sido aprobada por la Comisión del Centro Histórico, y que se producirá expresamente para este espacio para armonizar cromáticamente con el conjunto histórico de la muralla, la Catedral y la Almudaina, dotando al parque de un pavimento de una «tonalidad neutra similar al marés, pero con la resistencia adecuada», indican desde el Consistorio.
Además, se sustituirán 240 metros lineales de balaustrada, replicando la existente. También se repararán 73 metros lineales de la acera que limita con el lago y se repondrá el arbolado construyendo unos alcorques más grandes para que los árboles puedan desarrollarse mejor. El proyecto también contempla la instalación de diez bancos y papeleras accesibles y dos fuentes también accesibles.
Respecto a la iluminación, se creará una específica para el embarcadero, con una instalación de 170 metros de tiras led, lo que permitirá mejorar la estética de este espacio por la noche, y se actualizaran las instalaciones de alumbrado con un total de 41 nuevas luminarias led. La actuación contempla asimismo la instalación de farolas desmontables para la celebración del Cinema a la fresca durante el estío y otras siete farolas en tierra para iluminar el mural de Joan Miró.
El presupuesto de este proyecto es de 955.958,40 euros, que se pretende financiar con el Plan anual del Impulso al Turismo Sostenible, pero mucha gente se pregunta si esta renovación no llega demasiado tarde, ahora que las costuras del parque son más visibles que nunca.