«Palma camina, pero hacia el abismo», aseguró este martes Bartomeu Servera, presidente de la Asociación de Empresas de Distribución de Alimentos, Bebidas y Limpieza (Aded), una de las 11 entidades, tanto vecinales como comerciales o empresariales, que se han unido para redactar un escrito dirigido al alcalde de Palma, José Hila, en el que denuncian la degradación de la ciudad y le reclaman la dimisión o cese inmediato del regidor de Mobilitat, Francesc Dalmau, por las medidas de restricción de la movilidad puestas en marcha hasta ahora y las que prevé a través del plan «Palma camina».
En su escrito, registrado por la mañana, todas estas entidades reprochan que «la ciudad está totalmente abandonada, más sucia y mugrienta que nunca», así como «el autoritarismo de los que la dirigen».
Aseveran que «Palma nunca había estado tan sucia, nunca había estado tan apestada de graffitis y nunca se habían visto tantas cucarachas y ratas en la ciudad». También critican que «el servicio de transporte público es muy deficiente, con falta de aparcamientos, existe un nefasto mantenimiento de las aceras y pavimentos, cada vez hay más inseguridad y prohibiciones de todo tipo y multas que solo tienen el objetivo recaudatorio». Todo ello, añaden, «sumado a problemas enquistados en nuestra ciudad como es el deplorable estado de la Plaça Major, el deterioro del edificio de Gesa o del Parc de la Mar».
En cuanto a la manera de gobernar, lamentan que «en legislatura y media han conseguido crispar a la sociedad y enfrentar a la población», en referencia a temas como Nuredduna, el nuevo ACIRE de Sant Jaume, el cierre de la calle Unió, ... Consideran que «eso debería hacer reflexionar en profundidad al alcalde».
Dirigiéndose al alcalde, declaran que «esa manera de hacer política de forma arrogante y altiva que nos muestra a los ciudadanos no funciona», ya que los firmantes de este escrito se consideran «ninguneados y despreciados hasta limites insospechables».
«Pensamos -añaden- que usted pasará a la historia como el alcalde más autoritario y más inflexible de la democracia, se lo está ganando a pulso» y advierten a Hila que «si aún así sigue sin afectarle lo que está leyendo piense que detrás de cada uno de los firmantes hay muchas personas enfadadas, muchas familias perjudicadas, muchos votantes que en su día confiaron en usted y hoy se sienten traicionados por su manera de gestionar nuestros recursos económicos».
Acusan también al alcalde de «agotar el diálogo con las organizaciones que le son afines, en algunos casos muy bien regalas con subvenciones para favorecer y facilitar dichos apoyos con ayudas concedidas de manera flagrante y discriminatoria respecto de aquellas entidades que no comulgan con sus ideas».
Recuerdan también que «en pocos años Palma ha pasado de ser considerada la mejor ciudad del mundo para vivir, según el diario británico The Times, a ser la tercera peor de España en cuanto a calidad de vida, según la OCU».
Ante esta situación, reclaman a Hila el «cese de manera fulminante del regidor más incompetente que ha tenido Palma en la historia de la ciudad». «El concejal Dalmau debería abandonar su cargo porque ha demostrado de manera fehaciente su absoluta incapacidad para gestionar su departamento y, peor aún, esa soberbia que le acompaña le ha llevado a ponerse en contra de todos los colectivos que representan la sociedad palmesana».
En el escrito también se recuerda que «los ciudadanos votamos cada cuatro años y si sigue por este camino le podemos garantizar que su intolerancia, su falta de diálogo y su poca transparencia en la toma de decisiones terminará el día que por fin no le quede más remedio que escuchar la voz del pueblo».
Las entidades firmantes del escrito son Aded, Restauración Caeb, la Federació de Veïnats de sa Ciutat de Palma, la Associació Palma Viva, RBC, la Confederació Balear del Comerç, Afedeco, Pimeco, Comerciantes de Nuredduna, Comerciantes del Mercat Municipal de Pere Garau y la Asociación zona Bonaire. Todas ellas hicieron un llamamiento a la sociedad civil para que actúe contra todo lo denunciado en la carta.