El Ajuntament de Palma ha aprobado un decreto que autoriza la instalación, en próximos días, de cinco radares para el control de velocidad. El objetivo es el control de la limitación de la velocidad de circulación a 30 kilómetros por hora en el 90 % de las calles de Palma o a 40 o 50 kilómetros por hora en otras vías.
Cort instalará a partir del próximo enero cinco radares de control de la velocidad del tráfico que se sumarán a los seis ya existentes para reforzar la prohibición de circular a más de 30 kilómetros por hora en la mayoría de las calles de la ciudad.
Los nuevos radares se instalarán en la esquina de las calles Pascual Ribot y Félix Escobar, en el número 350 de Aragón, en la esquina de Camí dels Reis con Sevilla, en el 32 de Pompeu Fabra y en el 28 de Manuel Azaña.
Cuando entraron en vigor los nuevos límites de velocidad de Palma 30, Mobilitat informó de la instalación de tres nuevos radares, que finalmente serán cinco. La falta de policías locales para realizar labores de control de velocidad con radares móviles es uno de los motivos del aumento de estos sistemas fijos.
El primero de estos nuevos radares estará ubicados en la calle Pascual Ribot, a la altura del número 42, esquina con la calle Félix Escobar. Los demás estarán cerca del número 350 de la calle Aragó, en el Camí dels Reis esquina con la calle Sevilla, en la calle Pompeu Fabra junto al número 32 y, por último, en la calle Manuel Azaña a la altura del número 28.
Señalización
Estos radares, que se colocarán dentro de una cabina, se sumarán a los seis que ya existen actualmente en Palma ubicados también en puntos fijos.
También está prevista la colocación de la señalización vertical necesaria a fin de informar a los conductores de la presencia del radar en las mencionadas calles.
La limitación de la velocidad a 30 kilómetros por hora entró en vigor, de forma gradual, el pasado mes de octubre. Desde el Consistorio se anunció que durante al menos dos meses se aplicaría la norma de forma flexible, a fin de dar tiempo a completar la señalización de cada calle donde se reduce la velocidad máxima y a la instalación de los nuevos radares. Durante ese tiempo, no se impondrían multas, según se indicó.
El proyecto de Palma 30 implica que además de las calles donde no se puede circular a más de 30 kilómetros por hora, que son la gran mayoría, hay otras vías en las que las velocidades máximas se rebajan de 50 a 40 kilómetros por hora y de 70 a 50. Éstas suman un total de 38 kilómetros de red vial en Palma. Por eso es preciso modificar centenares de señales de tráfico.
Con la finalidad de vigilar el cumplimiento de esta limitación de la velocidad, Cort ha puesto en marcha en una primera fase la campaña informativa bajo el lema ‘Respeta, convive, comparte'. El Pacte defiende que esta medida «permite reforzar la seguridad vial y que Palma avance hacia un nuevo modelo de movilidad en el que van ganando protagonismo otras modalidades de movilidad como la bici, los vehículos de movilidad personal, los trayectos a pie o el transporte público en detrimento del protagonismo del coche».