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Los vecinos de Son Güells intensifican la presión contra la planta hormigonera

Pancartas contra el proyecto. Algunos de las pancartas que los vecinos han colocado en distintos puntos del barrio a fin de presionar a la Comissió Balear de Medi Ambient para que no dé el visto bueno al proyecto de construcción de una planta hormigonera.

| Palma |

Los vecinos de Son Güells están expectantes a la espera de que el mes que viene la Comissió Balear de Medi Ambient vote por fin el proyecto de construcción de una planta de dosificación de hormigón en la zona, a escasos cien metros de viviendas, junto a un centro con enfermos neurológicos, instalaciones deportivas, parques infantiles y centros de enseñanza. Su oposición ha tomado forma de movilización y, por lo pronto, han inundado el barrio de pancartas en contra de la hormigonera, instando al presidente de esta comisión, Antoni Alorda, a que vote en contra, y han iniciado una recogida de firmas que en unos días ya supera los 1.250 apoyos.

Pero sus acciones no se quedarán ahí en el caso de que, finalmente, se dé el visto bueno a este proyecto que ellos consideran muy perjudicial para el medio ambiente y para la salud de los residentes de ésta y de otras zonas de la ciudad.

La presidenta de la Associació de Veïns de Son Güells, Rosana Bustamante, asegura que si el proyecto sale adelante «se intensificará la movilización vecinal, con manifestaciones y concentraciones, en la medida que permita la situación actual de pandemia».

También seguirán sensibilizando a los ciudadanos de Palma de los impactos que ocasionaría esta planta, «y, por supuesto, durante la construcción de la misma estaríamos vigilantes ante cualquier desviación de la normativa o ante el más mínimo impacto en materia de ruidos, movilidad o contaminación para presentar las denuncias pertinentes».

Denuncias

Bustamante añade que también se asesorarán a fin de presentar las correspondientes denuncias ante los tribunales ordinarios». La portavoz vecinal recuerda que «el pleno de Cort ha reconocido de forma unánime que construir esta planta en esta ubicación sería un grave error» y que existen informes negativos.

El proyecto está pendiente solo de la Comissió de Medi Ambient, que cuenta con dos votos, el de los técnicos y de los políticos. Los técnicos dieron el visto bueno, pero desde entonces se han reclamado nuevos informes, por lo que la expectación es máxima ante la decisión política.

Los vecinos de Son Güells dejan claro que esta planta no afectaría solo a sus barriada. «No solo contaminará a cien metros, el viento mueve todas las partículas a un radio más amplio y zonas como el Rafal, Son Gotleu, Nou Llevant, Portixol o es Coll den Rabasa se verían también afectadas». Además, señalan el colapso de tráfico que supondría un tráfico estimado de unos 200 camiones al día entrando por un único acceso a la vía cintura, (salida Estadi Balear), «la cual ya de por sí está bastante colapsada».

Cort anunció hace unos días una suspensión de licencias en Son Güells durante un año, pero no afecta a esta planta cementera, que ya está en tramitación.

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