El uso obligatorio de la mascarilla, para hacer frente al nuevo brote de coronavirus, forzará nuevas formas de comunicación, que no han sido tan habituales hasta el momento. El hecho de llevar la boca tapada impedirá que no se vea la sonrisa o el gesto serio.
El decano del Colegio de Psicólogos de Baleares, Javier Torres, explica que el hecho de llevar mascarilla nos hará gesticular más para poder expresar nuestras emociones. «Vamos a tener que compensarlo con gestos o con la mirada más fuerte», explica. Además, destaca la importancia de la mirada en la comunicación.
También añade que la gesticulación de las manos será muy importante, ya que nos permitirá reforzar la comunicación no verbal, que quedará mermada al tapar una parte importante de la cara con la mascarilla. «El lenguaje no verbal habrá que utilizarlo más», señala. Además,precisa que la entonación con la que hablamos es otro de los elementos que nos permitirán expresar nuestras emociones.
En este sentido, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, ha explicado que todas las pandemias importantes dejan hábitos, como el de ponerse la mano en la boca la toser. «Esta epidemia nos ha cambiado la vida todas, como ha pasado con otras a lo largo de la historia, que dejan cambios de comportamiento. Esta es una de esas».
Preguntado sobre el impacto psicológico que puede tener el uso de la mascarilla, el decano del Colegio de Psicólogos de Baleares considera que «no tiene que suponer ningún problema porque ya estamos acostumbrados por el confinamiento».
Aunque reconoce que hay personas a las que aún les cuesta hacerse a la idea de la obligatoriedad de llevar mascarillas, insiste en que «no debe suponer una afectación psicológica». Torres sostiene que será como llevar gorra en verano o guantes en invierno.